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Distinguen tesis por aportación al estudio del cáncer de próstata

Recientemente, El Colegio de Sinaloa otorgó la Beca de Disertación Doctoral en Ciencias Biomédicas “Dr. Hugo Aréchiga Urtuzuástegui” 2016 a la estudiante del último semestre de doctorado en ciencias biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Susana del Rocío Solórzano Rosales.

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La joven de 29 años de edad, quien realiza su trabajo de laboratorio en el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), obtuvo la beca con la tesis Participación de la vía GABAérgica en la diferenciación neuroendocrina en cáncer de próstata. Los miembros de la comisión de la beca en referencia coincidieron que el tema de la tesis es de gran relevancia e incide directamente en el estudio del cáncer de próstata, que viene a ser el tumor maligno más frecuente que afecta al varón y, a nivel mundial, ocupa el segundo lugar de incidencia en hombres.

El Colegio de Sinaloa informó también que los miembros de la comisión coincidieron en que los resultados de la investigación de Solórzano Rosales contribuirán de manera importante al conocimiento de esa malignidad.

El trabajo de la estudiante y de su tutor, el doctor Mauricio Rodríguez Dorantes en el Inmegen, señala que una vez que el paciente tiene cáncer de próstata, 80 por ciento presentará independencia a andrógenos con diferenciación neuroendocrina, lo que se relaciona con un mal diagnóstico de esos pacientes.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consiste la tesis de doctorado?

Susana del Rocío Solórzano Rosales (SRSR): He trabajado sobre el tema de cáncer de próstata desde hace ocho años. Comencé con mi servicio social y continué con mi tesis de licenciatura y ahora en el doctorado. Lo que hago ahora es trabajar en una condición llamada diferenciación neuroendocrina en cáncer de próstata.

AIC: ¿En qué consiste esa condición?

SRSR: Lo que se ha visto es que está relacionada con mal pronóstico para el paciente, y que no hay un tratamiento como tal. Esa condición aumenta un tipo de células: neuroendocrinas, que en una próstata normal son de uno por ciento, pero en una condición patológica de cáncer son más de 80 por ciento del tumor.

AIC: ¿Cuáles son las características de esas células?

SRSR: Tienen características de neuronas. Secretan neurotransmisores, neuropéptidos. Uno de los transmisores que me llamó la atención se llama GABA, que es el mayor neurotransmisor de inhibición en el sistema nervioso central. Me pregunté qué hacía ese neurotransmisor junto con sus otras moléculas como receptores y enzimas en próstata, y más en cáncer de próstata. Es eso lo que estoy tratando de dilucidar: la participación de toda esa vía en cáncer de próstata, para en un futuro ver si se pueden obtener marcadores terapéuticos o blancos terapéuticos.

AIC: Es además el cáncer de próstata una de las principales causas de muerte en varones a nivel mundial…

SRSR: Sí, el cáncer de próstata. La segunda causa de muerte en el mundo es por neoplasias, y según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México es la principal causa de muerte en varones. Es un problema de salud pública.

AIC: ¿Cómo se relaciona la diferenciación neuroendocrina con el mal pronóstico de los pacientes?

SRSR: Esta condición de diferenciación neuroendocrina realmente no se conocía mucho. A partir de 2007 se empezó a ver que estaba relacionada con ese número de pacientes; cerca de 80 por ciento que tienen cáncer de próstata puede padecer esa diferenciación neuroendocrina, lo que está relacionado al mal pronóstico para ellos.

AIC: ¿Cómo se puede prevenir?

SRSR: Ese es precisamente uno de los objetivos de la investigación: poder encontrar marcadores de pronóstico que pudieran ayudar en un futuro al paciente, es decir, indicando que tiene los marcadores alterados y que puede ir a ese subtipo de cáncer con diferenciación neuroendocrina.

AIC: ¿Esta situación favorece a algún grupo de edades específico?

SRSR: El cáncer de próstata se presenta mayormente en personas que superan los 60 años de edad; sin embargo, se está registrando cada vez más en personas menores, incluso de 50 años. El cáncer es multifactorial, pero se está viendo que hay una relación con el sedentarismo, la mala alimentación; la obesidad está súper relacionada con cáncer en general.

Esta es la primera vez que hay una correlación de esta vía GABAérgica y el cáncer de próstata como tal en la diferenciación neuroendocrina. Las aportaciones que nos gustaría realizar en un futuro es tener marcadores de esta vía para la población. Si estas estuvieran alteradas en un paciente que de primera instancia le das un tratamiento, sabrías que no responderá y que se irá inmediatamente a una diferenciación neuroendocrina, por lo tanto debe recibir otro tipo de tratamiento.

Esperamos que esto represente un gran avance para la ciencia. En cáncer de próstata, el único tratamiento que existe, una vez que se identifica el tumor al paciente, es el de castración química: se quita todo el ambiente hormonal al tumor para que disminuya su tamaño y pueda ser retirado quirúrgicamente. Cuando a los pacientes se les da este tratamiento, lo único que ocurre es que se convierte en un tipo de tumor independiente, llamado andrógeno, y ya no hay respuesta para esos tumores. En ese tipo de tumores es donde viene la diferenciación neuroendocrina, por eso la importancia en ese tipo de subpatología es encontrar marcadores que nos digan que el paciente va hacia allá.

Fuente: CONACYT.

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