Si bien el virus del zika constituye una emergencia de salud pública global, esto debido a que la infección transmitida principalmente por la picadura de un mosquito del género Aedes aegypti se ha asociado con el desarrollo de trastornos neurológicos y malformaciones congénitas, no existe aún tratamiento que haga frente a este problema sanitario.
A fin de proporcionar una solución inmediata a la amenaza del virus, un grupo de investigadores del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular del Centro Médico de la Universidad de Texas (UTMB, por sus siglas en inglés) analizó un grupo de 774 fármacos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, disponibles en el mercado.
El estudio dirigido por el doctor Mariano García Blanco, y en el que participó el investigador mexicano Rubén Soto Acosta, permitió identificar más de 20 productos terapéuticos —varios de ellos con actividad antiviral— que disminuyen la infección por zika en células de hepatoma humano Huh7, con capacidad para bloquear la infección por zika hasta un 90 por ciento.
Posteriormente, estos medicamentos se estudiaron en distintas líneas celulares que incluyen células del tracto genital femenino, placenta, células madre neurales primarias y células epiteliales amnióticas primarias, mediante técnicas de inmunoflorescencia. “Entonces observamos que fueron capaces de reducir la infección”, destacó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Rubén Soto Acosta, doctor en ciencias en infectómica y patogénesis molecular.
“Utilizamos células obtenidas de la placenta de humanos, se infectaron y se trataron. El porcentaje de reducción de la infección que se observó en estas distintas líneas celulares es mayor de 50 y 60 por ciento. Hay fármacos que reducen la infección en 90 y hasta 95 por ciento, el efecto es drástico. Es una respuesta rápida ante la infección”, detalló el investigador originario del estado de Chihuahua.
De acuerdo con el especialista en farmacología, para el desarrollo de un medicamento se llevan a cabo procesos largos que involucran pruebas en laboratorio, ensayos en animales, así como subsiguientes estudios clínicos que pueden tomar entre siete y hasta 10 años, por lo que contar con un tratamiento específico para prevenir o tratar la infección por zika es prolongado, situación que motivó a los investigadores del UTMB a brindar una solución inmediata ante la amenaza del virus.
“Por más esfuerzos que se hagan no vamos a tener un medicamento o una vacuna contra el virus en los próximos dos años, pero qué pasaría si hay evidencia in vitro de que los fármacos que ya están en el mercado —de los cuales ya se conocen los efectos adversos— son capaces de reducir la infección. Con esta idea se acortan los pasos que deben seguirse, es decir, nos brincamos las fases preclínicas. Basándonos en esta idea, pensamos en analizar un grupo de medicamentos todos aprobados por la FDA”, detalló el candidato al Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Rubén Soto Acosta explicó que algunos de estos medicamentos identificados —que se utilizan en la terapia contra el cáncer, para tratar infecciones causadas por bacterias y parásitos— podrían analizarse de forma inmediata en estudios clínicos que ayuden a identificar la dosis sugerida para su aplicación en el tratamiento contra el virus del zika.
El principal objetivo del estudio, dijo el científico que actualmente realiza investigación posdoctoral en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular del Centro Médico de la Universidad de Texas, fue proporcionar evidencia in vitro de qué fármacos pueden considerarse como una opción terapéutica. Indicó que se trata de un paso importante, considerando que no existe actualmente tratamiento específico que ataque la infección por zika.
Lo resultados de este estudio se publicaron a principios del mes de agosto del año en curso en la revista científica Cell Host and Microbe.
Diferencias epidemiológicas
Por último, y de acuerdo con el investigador, genéticamente existen tres linajes del virus del zika: dos africanos (east african,west african) y un asiático, de este último forman parte cepas aisladas en América reportadas en Puerto Rico, Guatemala y México, entre otros países.
Rubén Soto Acosta señaló que el virus del genotipo africano fue aislado de pacientes en Uganda y Tanzania y otros países; aunque, solo 14 casos de enfermedad fueron reportados en el periodo 1947-2007. Sin embargo, desde 2015 hasta la fecha, 45 regiones de América han confirmado casos autóctonos por transmisión vectorial del virus del zika, así como por transmisión sexual, situación que trata de explicar el científico mexicano mediante estudios celulares.
“No ha sido documentado un brote epidemiológico causado por el genotipo africano. En el 2007 se dio el primer brote epidemiológico y fue una cepa del genotipo asiático, y todos los brotes posteriores se deben a este genotipo. Queremos saber qué podría detonar las diferencias epidemiológicas entre los genotipos”, concluyó Soto Acosta.
En lo que va de 2016, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica ha detectado dos mil 133 casos confirmados autóctonos de enfermedad por virus del zika, y 953 casos en embarazadas.
Fuente: CONACYT.
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