La música no puede ser entendida desde un enfoque mejor que el de la ciencia. Ello bajo el entendido de que la materia prima de la música es el sonido y el sonido es meramente una onda. La física es la ciencia que estudia, entre muchos otros tópicos, las ondas.
Uno de los temas principales a seguir durante la XXX Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) es la relación que guardan la música y la ciencia. Este es precisamente el tema que abordará el programa de la FIL dedicado a la ciencia y su divulgación, denominado «La FIL también es ciencia».
Comenzando con las actividades de este programa, se presentó el panel Música y ciencia. El doctor Enrique Cabrero Mendoza, director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), fungió como moderador de este panel, mismo que estuvo compuesto por el flautista y director mexicano Horacio Franco; por el doctor Gerardo García Naumis, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); por el divulgador científico y periodista cultural José Gordon, y por el músico y comunicador Fernando Rivera Calderón.
“(La música) es el arte de combinar sonidos de manera armónica”, señaló el investigador Gerardo García Naumis. “Y el sonido son ondas. Para los físicos como yo, son una especie de habitantes en el espacio y tiempo. Cuando yo hago un sonido, ese sonido se propaga por todo el cuarto, entonces en cada posición del espacio y tiempo una onda se está propagando. Eso lo percibimos al oído y se transmite al cerebro a nivel de impulsos eléctricos. Esa es la mecánica de la música”.
García Naumis, además de ser doctor en física, es también músico consumado egresado de la Escuela Nacional de Música. Interpretando distintos instrumentos ha participado en agrupaciones de música clásica, música infantil y trova, entre otros géneros.
Continuó señalando que entonces, siguiendo la teoría de la relatividad de Albert Einstein que dicta que el tiempo está en la misma dimensión que el espacio, un compositor meramente es un organizador del espacio-tiempo.
En tanto, el flautista Horacio Franco catalogó la música como el arte más primigenio de todos. “Desde que estamos en el vientre materno somos música: al oír el palpitar del corazón ya tenemos insertado el sentido de ritmo en nuestro cerebro. Eso hace que la música sea el lenguaje más ancestral y aquilatado en la mente humana”.
Asimismo, destacó que un gran avance fue la creación de un lenguaje escrito para la música, aun cuando hubiesen pasado milenios desde la invención del lenguaje escrito a la palabra.
“Fue el invento más trascendente para que en Europa se desarrollara un lenguaje musical totalmente mental, de estructura”, dijo, a la vez, señaló que este sistema de escritura está basado, también, en física y matemáticas.
Entender la relación entre ciencia y música no fue sencillo para Fernando Rivera Calderón, quien aceptó haber crecido cercano a la música pero extrañado por completo de las matemáticas, lo que reconoció como un error ya que ambas son herramientas invaluables para comprender a la otra. “Fui de esos músicos que empezaron a tocar y entender la música reprobando todas las materias de matemáticas que tuvo a lo largo de su formación. Hubiera sido tan fácil que alguien como yo hubiera destacado en matemáticas si alguien me hubiera hecho esa correlación que tardé décadas en entender. Si uno puede entender y sentir la música, uno está entrando a un pensamiento matemático”, afirmó.
Música, ciencia y misterio
Durante su intervención, el periodista José Gordon hizo evidente las veces que la literatura también se inmiscuyó en el campo de la física, como aquella vez que el escritor y premio nobel de literatura Octavio Paz señaló que la próxima revolución en la física vendría cuando además de tener variables como e=energía y m=masa, se añadieran variantes como r=ritmo e i=intensidad.
“Cuando hablamos de variables como ritmo e intensidad nos estamos acercando a la música, a lo que puede penetrar el misterio de las emociones, del cerebro, de la frontera de la conciencia y la física que de alguna suerte se está jugando en la investigación de las neurociencias hoy en día”, afirmó el divulgador.
Por otra parte, el doctor Enrique Cabrero Mendoza definió el arte y la ciencia como dos lenguajes que se inspiran uno al otro, logrando traducir conceptos como la simetría en modelos matemáticos o creando la visualización de las ondas sonoras y electromagnéticas.
El también catedrático Gerardo García Naumis afirmó que la música contiene claves, estudiadas desde áreas como la neurobiología, respecto a cómo se procesa la información en el cerebro.
Rivera Calderón acotó que la emoción que provoca una melodía en el cuerpo es pura física cuántica, es decir, átomos reaccionando de una particular manera a un estímulo sonoro. Sin embargo, las razones específicas de por qué las personas reaccionan de una determinada manera ante un sonido, acorde o melodía determinada es aún desconocido. “Más allá de las fórmulas, de los diagramas y de las ondas, hay un misterio esencial porque la música está en el origen de lo que somos”, concluyó Rivera Calderón.
Fuente: CONACYT.
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