En la Ciudad de México existen más de cuatro millones 700 mil vehículos registrados en circulación. A los automotores residentes se le suman los vehículos en los que un millón 700 mil personas ingresan diariamente a la ciudad, por motivos laborales o de estudio.
Estos vehículos emiten a la atmósfera una variedad de contaminantes que perjudican la calidad del aire. Y el problema aumenta cuando los automóviles no cumplen con los límites de emisiones establecidos en las normas ambientales, explica Martín Gutiérrez Lacayo, coordinador ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came).
Por ello, la Came, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) iniciarán en el mes de abril una serie de operativos para detectar, mediante sensores remotos, los vehículos de carga ostensiblemente contaminantes que ingresan a la Zona Metropolitana del Valle de México.
Ya sean a diesel o gasolina, los vehículos detectados que rebasen los límites permisibles que se establecen en la Norma 167 de Verificación Vehicular serán retirados de la circulación por la Policía Federal y recibirán una multa de 40 días de salario mínimo.
“Además de los operativos federales en puntos de acceso al Valle de México, las autoridades de la Ciudad de México y Estado de México también realizarán operativos con sensores remotos en sus respectivas jurisdicciones para sancionar a vehículos que emitan emisiones por arriba de la norma, como transporte público de pasajeros, transporte de servicio, vehículos particulares o vehículos oficiales”, detalla la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en su comunicado del 23 de marzo.
Segundo operativo
Este sería el segundo año consecutivo en que se utilizan sensores remotos para detectar y retirar de la circulación vehículos altamente contaminantes. Según cifras de la Semarnat, en 2016 el operativo logró sancionar a más de 49 mil vehículos por ser ostensiblemente contaminantes.
El operativo será implementado de manera aleatoria en todos los accesos viales al Valle de México. Y seguirá en operación hasta el mes de junio, con el objeto de cubrir la mayor parte de la temporada de ozono en la capital del país.
¿Cómo miden los contaminantes los sensores remotos?
Para detectar los niveles de hidrocarburos, monóxido de carbono (CO) y dióxido de carbono (CO2), los sensores remotos emiten un haz de luz infrarroja a la altura del tubo de escape de los automotores, aunado a esto, un detector mide la cantidad de luz que fue absorbida por los gases, dato con el que puede calcularse las emisiones en gramos de contaminante por kilómetro recorrido.
Además, según la Semarnat, los sensores también son capaces de detectar óxidos de nitrógeno mediante el uso de luz ultravioleta y las partículas suspendidas con el uso de un tipo de radiación denominada radiación beta.
“Estos sensores están perfectamente sincronizados con un equipo que registra las emisiones vehiculares y con una cámara de fotografía digital, que captura la parte trasera del vehículo para obtener las placas y datos técnicos”.
Temporada de ozono
Durante la temporada de ozono, que es de febrero a junio, las condiciones ambientales de alta incidencia de radiación solar y vientos fríos con bajas velocidades de circulación propician la generación y acumulación de contaminantes fotoquímicos, como el ozono, y aumentan las posibilidades de que se declare una contingencia ambiental.
Al ser un contaminante fotoquímico, es decir, que requiere de la presencia de la luz solar para su formación, el ozono no proviene directamente de las emisiones de los vehículos, proviene de la reacción en la atmósfera entre los óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, contaminantes que sí son emitidos por los automóviles, explica la doctora María Amparo Martínez Arroyo, directora general del INECC.
Para la secretaria del INECC, el mayor problema lo causan los vehículos antiguos, que no cuentan con un sistema eficiente para garantizar la combustión completa de las gasolinas.
Problema de salud
El ozono es un gas altamente irritante que afecta nuestros ojos y vías respiratorias. Por lo que el aumento de esta sustancia en el aire se ha visto relacionado con un incremento en los casos de conjuntivitis, asma, infecciones respiratorias y del oído medio.
Por esta razón, el doctor Omar Amador Muñoz, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que las personas deben estar conscientes de que poseer un carro acarrea una responsabilidad con el medio ambiente y con los demás habitantes de la ciudad. Para él, mantener los vehículos en buen estado y cumplir con las norma de verificación es un deber ciudadano y acto de respeto a la salud de todos los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México.
Fuente: CONACYT.
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