Investigadores del Departamento de Investigación en Alimentos (DIA) de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) en la Universidad Autónoma de Coahuila (Uadec) utilizan energía solar para desarrollar ecoprocesamiento de alimentos.
“El proyecto es aprovechar una fuente de energía inagotable, como es el sol, para el procesamiento tecnológico de, en este caso, alimentos, es decir, fomentar la utilización de una energía térmica procedente del sol para facilitar en costos y procesos la industria de los alimentos”, explicó el químico farmacobiólogo Rodrigo Guzmán Pedraza, colaborador del proyecto y estudiante de la maestría en ciencia y tecnología en alimentos de la institución.
De acuerdo con los especialistas, México es un país que cuenta con un buen nivel de radiación solar y este tipo de energía es un área de oportunidad que se ha tenido desde siempre y hace mucho tiempo investigadores han aprovechado la energía solar para procesar alimentos. Sin embargo, aún es necesario desarrollar tecnologías o procedimientos más sustentables para poder aplicarlos a escala industrial y tener mayor competitividad.
“Muchos de estos procedimientos han sido utilizados con éxito a microescala; sin embargo, es importante reconocer los cambios fisicoquímicos o biológicos que puedan ocurrir durante el procesamiento de algún alimento o alguna sustancia química a través de la energía solar, y este conocimiento que estamos generando, podríamos relacionarlo con una mejora en la escala de producción de alimentos más sanos”, precisó el doctor Juan Carlos Contreras Esquivel, profesor investigador del DIA, miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y coordinador del proyecto.
También como encargado del Laboratorio de Glicobiotecnología Aplicada del DIA, el doctor Contreras Esquivel añadió que desarrollan diversos trabajos de investigación sobre el uso de esta tecnología solar.
“Hemos estado desarrollando trabajos de investigación sobre el uso de esta tecnología solar sobre materiales o soluciones y modelos para poder correlacionar cómo se podrían evitar o mejorar nuevos productos y procesos tales como colorantes, pasteurización de alimentos, cocción de alimentos, incluso estamos iniciando trabajos de freídos bajo vacío y bajo cocción solar. También un estudiante de posgrado está trabajando con el procesamiento del aguamiel”, detalló.
Energía limpia y económica
De acuerdo con los investigadores, la sustentabilidad del proyecto es su principal fortaleza, ya que la fuente de energía solar es inagotable y su aplicación en estos procesos genera menos contaminación, además que económicamente es cada vez más accesible.
“En comparación con otras tecnologías que consumen combustible, productos que llegan a generar contaminación como emisión de gases o residuos sólidos, la tecnología solar, que es radiación, no genera en sí un producto residual por lo que se puede aprovechar o considerar amigable con el ambiente”, indicó el químico farmacobiólogo Guzmán Pedraza.
El científico Contreras Esquivel señaló que los proyectos en el laboratorio se han enfocado en el área de carbohidratos para conocer el impacto que tiene la energía solar sobre los cambios fisicoquímicos de los carbohidratos en los alimentos y, de esta manera, contribuir con información en relación con el beneficio o perjuicio que podría tener esta tecnología.
“Estamos interesados en desarrollar procedimientos específicos de transformación o biotransformación, en este momento estamos revisando la combinación de la energía solar e incluso poder introducir enzimas termoestables que pueden llevar a cabo reacciones biológicas en conjunto con la energía solar”, comentó el especialista.
A pesar que este proyecto está enfocado hacia el sector alimenticio, tiene potencial de aplicación para la industria química en general, que incluye el sector farmacéutico, alimentario, cerámico, entre otros.
En el corto plazo, los investigadores seguirán desarrollando este tema para la formación de recursos humanos altamente especializados en la institución, además de asistir a un congreso nacional y/o internacional sobre el uso de esta tecnología y, de forma paralela, generar publicaciones científicas e incluso una patente.
“Debemos aprovechar la tecnología que se tiene para, posteriormente, desarrollar e ir mejorando y haciendo más eficiente la captación de la energía solar y dirigirla bien a los reactores, así como agrandar los tamaños de estos mismos para obtener una mayor cantidad de producto procesado”, enumeró el colaborador Guzmán Pedraza.
Los especialistas agregaron que en cuestión social esta tecnología cuenta con mucho futuro y podría aprovecharse por comunidades aisladas donde la única fuente de energía es el sol.
“El futuro de este proyecto, definitivamente, es aplicar diversas estrategias experimentales en modelos específicos donde usamos la energía solar para generar nuevos procedimientos de obtención de aditivos químicos, ingredientes alimenticios o incluso nuevos alimentos”, puntualizó el doctor Contreras Esquivel.
Fuente: CONACYT.
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