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Conoce el centro pionero en computación y tecnología de vanguardia

Conformado por 57 investigadores a cargo de 12 laboratorios especializados, el Centro de Investigación en Computación (CIC) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) es una de las instituciones de mayor prestigio en México en el ámbito de las ciencias de la computación e ingeniería de cómputo.

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Aunque sus orígenes se remontan desde 1963 con la creación del Centro Nacional de Cálculo (Cenac) y a 1988 con la creación del Centro de Investigación Tecnológica en Computación (Cintec), fue hasta marzo de 1996, cuando, tomando funciones y recursos de ambos, fue creado el Centro de Investigación en Computación.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el actual director del centro, el doctor Marco Antonio Ramírez Salinas, señaló que uno de los principales objetivos de la instancia es realizar investigación científica de vanguardia orientada a la enseñanza en el posgrado, a la investigación básica y aplicada, así como al desarrollo tecnológico.

«Este centro es dinámico, está orientado a hacer investigación con innovación. En los últimos 20 años, manteniendo una muy alta productividad, se ha posicionado como el mejor centro de investigación del IPN, específicamente a nivel nacional, en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como la unidad de liderazgo y referencia en estas disciplinas. Es un centro que se distingue por la alta competitividad de sus egresados, tiene tres programas de posgrado, dos de ellos en la categoría de competencia internacional, seguramente en las próximas evaluaciones estarán todos los programas en este nivel, de ser así, será el primer centro de investigación que posea sus tres programas con la categoría de competencia internacional”, afirmó el directivo.

Actualmente, el CIC, además de los proyectos de investigación científica y tecnológica que realiza para atender las necesidades planteadas por los sectores educativo, productivo y de servicios del país, se enfoca hacia la formación de recursos humanos en el nivel posgrado, en las áreas de ciencias de la computación e ingeniería de cómputo, actividad que está a cargo de 54 docentes.

Los investigadores que laboran en el centro son doctores, la mayoría miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que tienen una alta especialidad en las ciencias de la computación, desde especialistas en análisis de imágenes, en inteligencia artificial, robótica, mecatrónica, arquitectura de computadoras, algoritmos, redes, internet de las cosas, entre otros.

“Hay 12 grupos de investigación que nosotros les llamamos laboratorios, que van desde microtecnología, nanociencias, hasta inteligencia artificial, bases de datos, tecnología de software, etcétera, conformando la base para atender con calidad el doctorado en ciencias de la computación, la maestría en ciencias de la computación y la maestría en ciencias de ingeniería de cómputo”, detalló.

Laboratorio de Ciencia de Datos y Tecnología de Software

En este laboratorio, los investigadores desarrollan nuevas herramientas, técnicas, algoritmos y metodologías para la creación y gestión de sistemas de información, con esquemas que integran el manejo de bases de datos, interfaces gráficas, minería de datos, agentes e ingeniería de software.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Gilberto Martínez, uno de los responsables del laboratorio, señaló que en años pasados no existían las bases de datos, solo se manejaban archivos y la información se utilizaba sin ninguna estructura, por lo que el nombre del laboratorio fue cambiando acorde con el avance de la tecnología.

“Conforme fue pasando el tiempo, a alguien se le ocurrió organizar de una manera un poco más estructurada y se empezaron a generar lo que son bases de datos, modelos de bases de datos que trabajan bien en un modelo de cómputo. Vamos girando siempre sobre la parte esencial que son los datos”, detalló.

Martínez señaló que existe otra área dentro del mismo laboratorio que lleva por nombre tecnología de software, a cargo de la maestra Dinora Orantes Jiménez, dedicada a registrar las metodologías para que los trabajos y los procesos se entreguen de acuerdo con las especificaciones que se usan en México.

“En este momento, el laboratorio tiene una gran aplicación. Hay un concepto que se está manejando que son los datos abiertos, generado por las organizaciones que publican sus datos con la idea de que sean estudiados. Desde Ecobici con datos de los viajes de los usuarios, como datos de niveles de contaminación ciudadana; tan solo de Ecobici son 40 millones. Nuestra misión es detectar con esos datos otros problemas”, dijo.

Actualmente el laboratorio está a cargo de cuatro profesores: los doctores Adolfo Guzmán Arenas, Jesús Manuel Olivares Ceja, Gilberto Martínez, la maestra Dinora Orantes Jiménez y los alumnos que son quienes apoyan en los proyectos.

Laboratorio de Ciberseguridad

Se trata de un laboratorio prácticamente recién formado. Fue creado en noviembre de 2014 como el único laboratorio a nivel nacional especializado en ciberseguridad que trabaja diferentes líneas de investigación como criptografía, seguridad en redes, seguridad en host, forense digital, entre otros.

Eleazar Aguirre Anaya, jefe del laboratorio, dijo en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt que el laboratorio se centra en varias actividades, entre ellas vinculación, desarrollo tecnológico, investigación básica, docencia y difusión de la ciencia.

“Nuestros trabajos están dirigidos a proyectos que les llamamos a mediano plazo, como ejemplo tenemos el proyecto de análisis de malware, el cual hemos trabajado durante aproximadamente tres años. Para ello, conseguimos recursos tanto nacionales como internacionales a partir de convocatorias como las de Conacyt o el gobierno de Reino Unido, de quien hemos recibido dos apoyos que nos permitieron vincularnos con investigadores internacionales, generar capacitación especializada y organizar congresos de seguridad con efoque de investigación (Semana de la Ciberseguridad). En el país, muy pocos grupos de investigadores se dedican al área de ciberseguridad y sería deseable que se ampliara este número”, detalló.

El laboratorio surgió como un esfuerzo para contribuir a la búsqueda de soluciones innovadoras para abordar el problema de la seguridad del ciberespacio y sus usuarios, sobre la seguridad de la información y los activos críticos de tecnologías de la información.

Estos son los temas principales en los que actualmente trabajan los investigadores en el laboratorio: malware, seguridad en el internet de las cosas, seguridad en ciudades inteligentes, esteganografía, sistemas detectores de intrusos, entre otros.

“Primero trabajamos proyectos de ciencia básica con la idea de realizar posteriormente transferencias tecnológicas, por ejemplo con entidades como el SAT, Sedena, Gobernación, Policía Federal, Pemex, etcétera. Generalmente nos enfocamos en problemas nacionales de ciberseguridad. Actualmente estamos participando en una convocatoria de un fondo sectorial con el propósito de capacitar a la policía científica de México”, dijo Aguirre.

En estos tres años, el laboratorio también ha capacitado a otras policías en Centroamérica vía la Organización de los Estados Americanos (OEA), en una colaboración con el CICTE (Comité Interamericano contra el Terrorismo) a través de un departamento contra el terrorismo enfocado en fortalecer las capacidades de los países miembros para que puedan dar respuesta a este tipo de problemas.

Procesamiento Inteligente de Información Geo-espacial

Anteriormente, cuando se fundó el Centro, llevaba por nombre Laboratorio de Geoprocesamiento pero hace algunos años los investigadores decidieron darle un nuevo nombre que reflejara los avances que han surgido con el tiempo, en respuesta a las demandas de la industria nacional y de los sectores público y privado, con necesidades de procesamiento, transmisión y almacenamiento de datos geográficos.

De acuerdo con José Giovanni Guzmán Lugo, doctor en ciencias de la computación y actual jefe del laboratorio conocido como PIIG-Lab, el laboratorio se dedica a estudiar lo vinculado con las ciencias de la información geográfica.

“Lo que nos interesa es desarrollar trabajos de investigación básica e investigación aplicada para poder ayudar en la toma de decisiones. En el laboratorio hemos tenido diversos proyectos que ejemplifican esta parte”, detalló.

Uno de esos proyectos fue desarrollado en colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), que depende de la Sagarpa. Los investigadores desarrollaron un Sistema de Información Geográfica donde era posible visualizar información con la que el personal de la institución podía tomar decisiones para el control de plagas como la mosca de la fruta.

“Lo que ellos hacen es definir controles para evitar que se desarrolle una plaga en cultivos. Con este Sistema de Información Geográfica, el trampero puede capturar la información específica que requiere Senasica, llega de una manera más rápida, se concentra en una base de datos espacial y el Sistema de Información Geográfica refleja esa información. Entonces, pueden detectar zonas donde posiblemente está ocurriendo el brote de la mosca de la fruta, para con ello tomar decisiones”, señaló.

En este mismo tenor, el PIIG-Lab ha desarrollado proyectos para diferentes dependencias gubernamentales y en muy distintos ámbitos del conocimiento, desde movilidad urbana hasta logística en casos de emergencia, pasando por temas de hidrología, ganadería o turismo.

Actualmente hay cinco investigadores laborando en este laboratorio, además del doctor Guzmán: Marco Antonio Moreno Ibarra, Miguel Jesús Torres Ruiz, Rolando Quintero Téllez y Juan Luis Díaz de León Santiago.

De acuerdo con el director del centro, el doctor Marco Antonio Ramírez, el CIC tiene muchas fortalezas, una de ellas es que el panorama que se ha generado es un ecosistema enfocado en la innovación y el emprendimiento, jóvenes que piensan en hacer industria y profesores que buscan hacer investigación clave que apoye a una industria nacional.

“Nosotros tenemos que evolucionar cada vez más, hacer más pequeña la brecha tecnológica que tenemos con otros países y lo tenemos que hacer a través de investigación clave y ese es el reto para 2020”.

Fuente: CONACYT.

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