La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), a través de la Facultad de Filosofía, abrió las puertas de la Unidad de Bioética, un centro regional que promoverá la reflexión académica respecto a la autonomía, justicia y el respeto a la dignidad humana inherentes a la investigación científica y el desarrollo tecnológico.
El director académico de la Unidad de Bioética, José Salvador Arellano Rodríguez, aseguró que desde 2001 la Universidad Autónoma de Querétaro ha puesto un especial énfasis en el estudio de la ética y su relevancia en la sociedad actual.
“Esta disciplina nos permite reflexionar y criticar acerca de la bondad en el desarrollo de la vida humana. El mundo contemporáneo requiere de principios y valores de carácter moral que nos permitan ser mejores como sociedad y como personas diariamente”, destacó.
Arellano Rodríguez detalló que el antecedente de la Unidad de Bioética fue un consorcio trinacional entre Canadá, Estados Unidos y México, liderado por la biotecnóloga Hilda Romero Zepeda, quien actualmente es coordinadora de la maestría en bioética y ética aplicada en la Facultad de Derecho, donde profesores de distintas facultades de la UAQ se integraron en grupos inter y transdisciplinarios, con el objetivo de reflexionar sobre los problemas éticos, no solamente desde la perspectiva teórica de la filosofía sino en cuestiones más prácticas y aplicadas.
“Así tenemos profesores de las facultades de Química, Derecho, Psicología, Ciencias Naturales, Ingeniería, Filosofía, entre otras. Eso nos ha permitido mantener un diálogo para poder reflexionar sobre casos prácticos en el ámbito de la bioética, como el aborto, la eutanasia, la clonación, la manipulación genética, el cambio climático, las relaciones médico-paciente o los transgénicos, todas esas problemáticas están directamente relacionadas”, explicó.
El director académico de la Unidad de Bioética subrayó que a través de estos encuentros surgió una segunda iniciativa, que fue el consorcio Iniciativa Ética para la Educación en el Caribe, financiado por el Centro Internacional Fogarty y el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, con la participación de instituciones como la Universidad de Clarkson, Nueva York, la Universidad de Saint George, en Granada, y la UAQ.
“Es así como surge la Unidad de Bioética, un centro inter y transdisciplinario donde tenemos la participación de cuatro investigadores principales: el doctor Robert T. Hall, filósofo, sociólogo y teólogo; la doctora Hilda Romero Zepeda, especialista en biotecnología; el doctor en derecho Bernardo García Camino, y un servidor, por parte de la Facultad de Filosofía. Paralelamente tenemos la participación de otros profesores expertos de la UAQ, una liga directa con la maestría en ética aplicada y bioética que se imparte en la Facultad de Derecho y creamos la Cátedra Patrimonial de la universidad en esta área de estudio”, abundó.
José Salvador Arellano Rodríguez definió esta unidad como un centro de investigación, educación y difusión interdisciplinaria y plural, que busca rescatar principios fundamentales como la autonomía, justicia y la beneficencia.
“Tenemos la característica de que somos una unidad deliberativa, no somos una institución de bioética de carácter dogmático ligado a una religión oficial, somos plurales, laicos y eminentemente críticos. Como resultado, tenemos varios textos publicados, como el de Ética de la investigación científica —que se puede descargar de manera gratuita por Internet—, otro sobre ética de investigación social a cargo del doctor Robert T. Hall, además de cursos en línea”, subrayó.
Comités de bioética para vigilar el trabajo científico y tecnológico
Por su parte, el investigador Robert T. Hall explicó que una de las principales líneas de este centro es la promoción de comités de bioética en instituciones dentro y fuera de la universidad.
“En 2011, la Ley General de Salud en México estableció que cada institución que haga investigación con seres humanos debe tener un comité de bioética para su aprobación. En la UAQ iniciamos un programa desde 2013, a través de la Dirección de Investigación y Posgrado, en el que se planteaba que en los proyectos llevados a cabo por profesores o estudiantes donde se vieran involucrados humanos, animales o la bioseguridad en experimentos químicos o genéticos, deben someterse a la aprobación de estos comités. Buscamos que existan en todas las facultades de la universidad”, puntualizó.
Robert T. Hall subrayó que la unidad cuenta con un programa de capacitación que trabaja con el apoyo de la Comisión Nacional de Bioética, lo que ofrece un respaldo académico importante.
“En las universidades, los estudiantes reciben cursos de ética profesional que se enfocan solo en el comportamiento que deben mostrar en el ejercicio de su carrera; sin embargo, el movimiento de la bioética se dirige a vigilar el respeto a la dignidad y los derechos de la otra parte, que son los pacientes, poblaciones vulnerables o incluso animales no humanos”, advirtió.
Al respecto, el director académico de la Unidad de Bioética de la UAQ, José Salvador Arellano Rodríguez, abundó que anteriormente, la investigación científica y tecnológica se centraba únicamente en generar resultados sin tomar en cuenta aspectos como la dignidad, el respeto a la vida y la justicia, que son parte de los derechos humanos.
“Hoy en día, sabemos que no todo se resume en obtener resultados en la ciencia, tecnología o el ámbito clínico, sino que también hay que cuidar la parte moral y ética. Las universidades y otras instituciones ya establecieron requerimientos y señalan que cualquier proyecto que implique una relación con personas, el medio ambiente o con los animales no humanos requiere ser revisado, para ver si guarda y salvaguarda cuestiones de aspecto moral, si son justos, si no están cometiendo un daño a la persona o al entorno”, puntualizó.
Arellano Rodríguez señaló que la siguiente fase de la Unidad de Bioética de la UAQ será consolidarse como un centro de atención que pueda acreditar y revisar protocolos de los comités establecidos de otras instituciones, tanto de nivel público como privado.
El programa de la maestría en ética aplicada y bioética de la Universidad Autónoma de Querétaro está incorporado al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Fuente: CONACYT.
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