En la actualidad, la oncología moderna tiende a ser más personalizada, para con ello lograr aumentar las proporciones de efectividad y disminuir las probabilidades de falla en el tratamiento contra el cáncer.
Dentro de la oncología médica existen diferentes tratamientos, el más conocido es la quimioterapia, pero también se encuentran la cirugía y la radioterapia. Con los avances científicos en el estudio del cáncer, cada vez se presentan nuevas herramientas terapéuticas; en los últimos años la imnunoterapia o también llamada inmunooncología está revolucionando el tratamiento contra el cáncer.
De acuerdo con Jerónimo Rodríguez Cid, oncólogo médico y titular de la Clínica de Cáncer de Pulmón del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), la inmunoterapia es un tratamiento que ayuda al sistema inmunitario a estimular su capacidad de detectar y atacar las células cancerosas, en comparación con la quimioterapia, en la cual se usan medicamentos diseñados para acabar con las células cancerosas y evitar su proliferación.
Si bien el sistema inmunológico protege el cuerpo de infecciones o células anormales, explica el especialista, las células tumorales desarrollan mecanismos de resistencia que les permiten inhibir o evadir la respuesta inmunológica, evitando destruir el tumor. Sin embargo, las investigaciones científicas han permitido conocer cada vez más cuáles son estos mecanismos por los que los tratamientos convencionales pueden fallar.
“Generalmente en nuestro cuerpo se producen células tumorales, pero nuestro sistema inmunológico es capaz de destruirlas; pero cuando las células desarrollan un escape inmunológico, estas pueden desarrollar mecanismos de invasión. Las investigaciones relacionadas con la inmunoterapia pretenden descubrir los mecanismos por los cuales las células tumorales se ‘esconden’ y evaden el sistema inmunológico”, explica.
Tratamiento
Actualmente existen dos tratamientos (fármacos) pilares que dentro del lenguaje médico se conocen como anti-CTLA-4 y anti-PD-L1, que ayudan a los linfocitos T (células del sistema inmunológico) a responder y coordinar la respuesta a través de la producción de citocinas, proteínas, y para atacar el tumor.
“Cuando la célula tumoral interactúa con los receptores CTLA-4 y PD-L1, que se encuentran en el linfocito T, impide una respuesta contra la célula. Recordemos que el linfocito T es el lóbulo blanco encargado de matar las células tumorales y los agentes extraños de nuestro organismo. Lo que hacen los tratamientos inmunológicos como anti-CTLA-4 y anti-PD-L1, dos de los cuales ya se distribuyen en México, es bloquear la capacidad de interacción entre estas dos células, y el linfocito se mantiene activo contra la célula tumoral”, detalla.
¿Una alternativa de tratamiento atractiva?
Eventualmente estos medicamentos, dice el investigador, permitirán no solo mayor supervivencia, calidad de vida o control de los síntomas, también permitirán individualizar y personalizar cada vez más el tratamiento oncológico.
Dado el empuje y resultados que ha demostrado la inmunoterapia, en la actualidad en los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos se llevan a cabo mil 500 ensayos de inmunoterapia en cáncer. En México, en la Clínica de Oncología Torácica del INER se consolida un equipo de investigadores y especialistas que buscan identificar cuál es la mejor forma de aplicar inmunoterapia en los pacientes, como un tratamiento único, mediante la combinación de inmunoterapia con quimioterapia, o bien, en combinación con la aplicación de vacunas o terapia molecular.
“Lo que queremos ver es cómo se optimizan más los resultados por inmunoterapia. Hemos desarrollado experiencia en el uso de estos medicamentos”, señala Jorge Alatorre Alexander, médico oncólogo del INER.
Adicionalmente se corren protocolos de investigación de carácter internacional, lo que permite a los pacientes que se atienden en el INER tener acceso a este tipo de medicamentos con un abordaje multidisciplinario.
“Todos los estudios internacionales que se realizan actualmente son multicéntricos patrocinados por una farmacéutica. El INER participa activamente en estos estudios, con la idea de ofrecer un mejor tratamiento y que nos ayuda a todos: al paciente, a la comunidad científica para generar conocimiento y a responder preguntas, conviene a las compañías farmacéuticas porque posicionan su medicamento”, señala Jerónimo Rodríguez Cid.
Perspectivas del tratamiento
A decir de los especialistas, la inmunoterapia ha logrado destacados avances en el tratamiento de pacientes con algunos tipos de cáncer como el melanoma, por ejemplo. De acuerdo con Jorge Alatorre Alexander, de 10 pacientes con melanoma de tercer grado, es decir, cuando el cáncer ya se ha extendido a otros órganos, 50 por ciento de ellos moría en seis meses. Con el tiempo, investigaciones internacionales han demostrado que 20 por ciento de 100 pacientes con melanoma tratados con inmunoterapia lograba vivir 10 años más, cuando anteriormente lograba, difícilmente, dos años de sobrevida, explica.
“El melanoma es un cáncer en el que la quimioterapia no hizo nada para su control, es decir, el beneficio era muy pequeño. Cuando se comenzó a utilizar una vía diferente, se observó que la terapia incrementaba la esperanza de vida: de vivir seis meses podían llegar a 10. Esta perspectiva es de control duradero de una enfermedad, que no se tenía en la quimioterapia. Creemos que estos resultados con melanoma pudieran reproducirse en pacientes con cáncer de pulmón, el tipo de neoplasia que causa un mayor número de muertes en el mundo”.
Aunque la inmunoterapia se centra en el tratamiento del melanoma y el cáncer de pulmón, ha generado interés en el estudio de otros tipos de neoplasias como son las de próstata, vejiga, cabeza y cuello, principalmente. Sin embargo, hasta ahora los ensayos clínicos han demostrado mayor efectividad en estos dos primeros.
Si bien la inmunooncología se presenta prometedora en el tratamiento contra el cáncer, también tiene su contraparte, pues aún existen limitaciones para identificar aquellos pacientes que tienen más probabilidades de beneficiarse de estas terapias.
La identificación de los biomarcadores potenciales en inmunoterapia del cáncer es hacia donde apunta la investigación, con miras a encontrar nuevos lugares del organismo donde la terapia pueda ejercer su acción, una labor que realiza en México el maestro en ciencias médicas por la Facultad de Medicina de la UNAM, Óscar Arrieta Rodríguez, y titular del Laboratorio de Oncología Experimental del Instituto Nacional de Cancerología de México (Incan). Hasta ahora, Óscar Arrieta ha encontrado un inhibidor de la fagocitosis, un proceso biológico que actúa como defensa ante una infección.
A decir del doctor Arrieta, la identificación de biomarcadores podría evitar efectos en el organismo relacionados con el tratamiento, pero también permitirá aumentar la capacidad del tratamiento e incluso identificar potenciales terapias de combinación.
“Los esfuerzos que estamos haciendo es tratar de combinar la quimioterapia con la inmunoterapia para tener un efecto sinérgico a la respuesta del tratamiento. Esto ha tenido una respuesta drástica. Estamos en la búsqueda de mejores biomarcadores para poder determinar qué pacientes pueden ser los que más se pueden beneficiar del tratamiento”, expresa Oscar Arrieta.
Efectos adversos de la inmunoterapia
Aunque se ha probado en pacientes con enfermedad metastásica, es decir, cuando el cáncer se ha extendido a otros órganos, la inmunoterapia podría tener potencial uso en pacientes con enfermedad temprana y eliminar la posibilidad de un cáncer recurrente.
“A nivel internacional se están corriendo estudios para ver si la inmunoterapia también puede impactar en los pacientes que son potencialmente curables para evitar recurrencias y que el tumor regrese en un futuro. Sería un tratamiento adyuvante con inmunoterapia”, explica el doctor Óscar Arrieta Rodríguez, coordinador de la Clínica de Cáncer de Pulmón y Tumores Torácicos.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, tal como sucede con la quimioterapia, en la inmunoterapia existen efectos adversos; estas terapias, explica Arrieta Rodríguez, pueden generar una respuesta inmunológica contra la tiroides, la hipófisis y el páncreas.
“Como consecuencias de la estimulación del sistema inmunológico, se puede presentar autoinmunidad, aunque es poco frecuente pero son efectos adversos que pueden generarse y son menos graves que con la quimioterapia”, agrega.
Jorge Alatorre Alexander destaca que al igual que otros tratamientos, la inmunooncología no es apta para todo paciente ni para todos los tipos de cáncer.
“Sería un error, el cual hemos cometido en muchas ocasiones. Por ejemplo, con la quimioterapia se pensó que sería ideal para todos los pacientes, lo mismo cuando salieron tratamientos de medicina personalizada (terapias biológicas), se pensó que sería la panacea. Lo importante es escoger adecuadamente al paciente para que le funcione su tratamiento”, concluyó.
Fuente: CONACYT.
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