En la Universidad de Colima (Ucol) desde hace una década desarrollan el proyecto de investigación Enrédate, tecnologías comunitarias, en el cual estudian qué rol desempeña el acceso a los medios digitales y sus usos en procesos de inclusión y cambio social.
“Normalmente cuando las tecnologías entran a la sociedad siempre favorecen más a los que tienen más recursos, por lo tanto la tecnología también tiende, de alguna manera, a intensificar las desigualdades en el mundo”, señaló la doctora en comunicación audiovisual, especialista en tecnología para el desarrollo, Ana Isabel Zermeño Flores.
En el proyecto de investigación participaron 22 investigadores de diversas instituciones de educación superior: Ucol, Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Tecnológico de Monterrey (ITESM) y Universidad de La Frontera (Ufro), de Chile.
La profesora investigadora en la Facultad de Letras y Comunicación (Falcom), de la Ucol, dijo que actualmente la innovación y la penetración de las tecnologías está siendo cada vez mayor y se están interconectando las culturas a través de la globalización por medio del modelo económico neoliberal.
El enfoque conceptual que da forma al proyecto Enrédate consiste en la integración de cinco elementos: un enfoque constructivista del conocimiento; un sentido crítico y participativo de la ingeniería social; el reconocimiento y las expresiones culturales locales; un planteamiento ecológico del uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para la resolución de situaciones cotidianas y una perspectiva emancipatoria de las TIC para fortalecer el tejido social, explicó Zermeño Flores.
“Las tecnologías de información y comunicación juegan un papel fundamental en la producción del conocimiento y son capaces de transformar las interacciones sociales”, aseguró durante la entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
La coordinadora de Agorante, grupo de investigación en sociedad y tecnología del Centro Universitario de Ciencias Sociales (CUIS), de la Ucol, expuso que tras la capacitación de académicos y estudiantes se llevaron a cabo 16 talleres con diversos grupos – niños, jóvenes, adultos y mujeres- en comunidades de los Estados de Colima y Coahuila, con el fin de superar la brecha digital y las divisiones sociales.
Además de estar alertas a los efectos de las TIC, estas pueden aprovecharse para mejorar las condiciones de vida de las personas, por lo que es necesario atender los retos del acceso universal a las TIC, generar contenidos significativos, fortalecer las capacidades de los usuarios para su aprovechamiento y sobre todo fomentar una actitud crítica sobre sus alcances, indicó la investigadora colimense.
Mencionó que tomaron en cuenta la diversidad de las instituciones, los entornos políticos y las circunstancias socieconómicas y culturales que ejercen influencia en la práctica comunicacional, pero sobre todo el proyecto se centró en las comunidades.
“Cuando hablamos de inclusión digital no significa un uso instrumental de tecnologías, sino acceder a la cultura digital, que nosotros fortalecemos al trabajar con diferentes comunidades que no saben usar este tipo de tecnologías”, comentó Zermeño Flores.
La fundadora y coordinadora del modelo Enrédate resaltó que buscan la inclusión digital para la inclusión social de poblaciones que viven en condiciones de marginación, es decir, promueven acciones a favor del cambio social con apoyo de las TIC.
Por ello, los investigadores han abordado los problemas asociados al acceso, capacidades y aprovechamiento de las TIC y el vínculo de estas tecnologías con el desarrollo humano por medio de este modelo universitario.
En esta investigación analizan tópicos como la brecha e inequidad digital, desarrollo social y tecnologías de información y comunicación, ingeniería en comunicación social, conectividad pública y gratuita: ¿suficiente para garantizar la inclusión digital?; alcances del modelo Enrédate en grupos de mujeres jefas de familia, el fortalecimiento del tejido social a través de la inclusión digital y sinergia entre universidad, gobierno y sociedad.
Zermeño Flores señaló que existen nuevos derechos que comenzaron a gestarse en la última época, que le llaman de cuarta generación. Entre estos se encuentra el derecho que tienen los sujetos a tener acceso a la información y al conocimiento, esencial para el ejercicio de la libertad, la igualdad, el entendimiento, y la vida productiva.
La investigadora dio a conocer que el modelo Enrédate lo están adaptando para un proyecto que esperan desarrollar en una red internacional entre México, Chile y Reino Unido cuyo propósito será fortalecer las capacidades de estudiantes universitarios y de jóvenes que se están formando como profesores.
Además tienen contemplado realizar talleres en la Falcom para avanzar en habilidades de comunicación, participación y ciudadanía.
“En diez años Enrédate ha ido evolucionando para dar respuesta a diferentes escenarios, en donde la propia tecnología va cambiando”, puntualizó la experta en comunicación.
Experiencias de inclusión digital en Coahuila
La doctora en comunicación social, Blanca Chong López, nivel I en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) mencionó que Enrédate se aplicó en siete comunidades de Coahuila.
“Después de la experiencia que se tuvo en Colima retomamos el proyecto para implementarlo en Coahuila, junto con un grupo de colegas de Saltillo, en el cual atendimos 276 personas, en su mayoría menores de edad y en el que participaron 61 estudiantes, que fungieron como tutores-facilitadores”, detalló la profesora investigadora de la UAdeC, Unidad Torreón.
Chong López, integrante del cuerpo académico Sociedad, Comunicación y Cultura, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, dijo que promueven el empoderamiento y el desarrollo de comunidades marginadas a través de metodologías participativas que permitan la apropiación de las TIC con un uso social y creativo, es decir, que el uso de estas tecnologías se aplica para resolver necesidades de las comunidades por medio de diversos proyectos que desarrollan los habitantes.
“Trabajamos con niños y niñas de los últimos grados de primaria para que ellos fueran grupos semillas en sus comunidades, ya que no solamente aprendieron para uso personal, sino para compartir ese conocimiento”, especificó la experta en medios de comunicación y tecnologías de la información y comunicación.
Indicó que el proyecto, que apuesta al empoderamiento de grupos sociales como jefas de familia, considera que la inclusión digital significa aplicar las tecnologías a procesos que contribuyan al fortalecimiento de las personas para actuar de manera proactiva en su entorno, mejorando las condiciones de vida.
Los grupos semilla son los participantes directos, quienes desarrollan conocimientos para la alfabetización digital y posteriormente se reflejan en proyectos comunitarios, como una estrategia para el desarrollo social, humano y ambiental.
El uso y la apropiación de las TIC, así como las prácticas que las personas realizan respecto de los recursos disponibles en la red, pueden influir en la mejora de las condiciones de vida y extenderse al desarrollo de la comunidad, aseguró Chong López.
Fuente: CONACYT.
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