La investigación de Rafael Prieto Curiel pretende modelar y saber cuáles son todas las aristas que encierra el temor al crimen, como un fenómeno psicológico y sociológico.
“Es la razón por la cual cerramos nuestras puertas y tomamos tantas medidas de precaución en nuestra vida diaria”, dijo quien es becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Lo relevante de esta investigación es que se ha demostrado que el miedo al crimen no necesariamente está relacionado con la incidencia delictiva. Es decir, puede decrecer la incidencia delictiva, pero la percepción de miedo en las calles aumentar, tal y como ha sucedido en la Ciudad de México entre 2009 y 2012, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La investigación de Rafael Prieto que desarrolló durante su doctorado en la University College of London consta de un análisis estadístico del miedo al crimen para poder tener la información de qué es realmente lo que ocurre.
“Hemos desarrollado un modelo para medir el miedo al crimen, esto con herramientas muy importantes como la encuesta de victimización del Inegi y otros datos estadísticos”, explicó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Con ello, en el trabajo que realizó Rafael Prieto con Steven Bishop en el Departamento de Matemáticas, pudieron comparar el miedo que se percibe en todas las ciudades del país. Así pudieron establecer una relación de cuántos delitos se cometen con cuánto miedo se siente, según lo que expresa la gente en encuestas.
Los resultados sugieren que el miedo no está relacionado con el crimen, es decir, la incidencia delictiva. Por lo que son otros los factores que propagan este miedo, aclaró Prieto Curiel.
“El miedo al crimen no necesariamente tiene que ver con que hayamos o no sido víctimas de un delito, tener miedo a que algo te vaya a pasar es un fenómeno que se vive a nivel mundial, sobre todo en las grandes ciudades”, dijo el investigador mexicano.
Si bien los cuerpos de seguridad pública se están enfocando en disminuir el número de delitos, la percepción de miedo en la población va en aumento, lo que provoca un problema mayor.
Las matemáticas para predecir un delito
Si nos imaginamos un mapa de la Ciudad de México visto desde arriba y marcamos con un punto los delitos, vamos a observar que existe un clarísimo patrón. Es decir, que los delitos no suceden donde sea, sino que hay una razón específica por la que un crimen se comete en un lugar específico.
“Esta razón es que se juntan al mismo tiempo diversos factores, además de la falta de monitoreo y la presencia policial”, aclaró Prieto Curiel.
En consecuencia, es en cuatro o cinco puntos de la ciudad donde se concentra una gran cantidad de personas y, por ende, de delitos. Con esta información se puede validar un modelo matemático de incidencia del crimen en ciertos puntos de la Ciudad de México.
¿Cómo se modela el miedo al crimen?
«En todas las ciudades se percibe algo de miedo, más en unas que otras, por supuesto”. En este tipo de casos, los investigadores utilizan modelos de opinión que se basan en las influencias que tienen las personas en su contexto, es decir, según se rodean de un tipo o grupo de personas.
“Esto se utiliza en las elecciones estadounidenses, por ejemplo, si tus colegas o compañeros de trabajo piensan votar por un candidato, es más factible que tú también votes por ese candidato”, afirmó.
Esto traducido a la problemática de la percepción y el miedo al crimen nos dice que tu entorno afecta de manera directa y sustancial en cómo se percibe la inseguridad, entre otros problemas sociales.
“Nosotros utilizamos un modelo similar para expresar el miedo al crimen. Lo interesante, que nos han mostrado los estudios, es que la victimización se siente a través de otras personas. Lo relevante de esto es que lo observamos en ciudades y estados completos, por lo que es preocupante que las policías se están enfocando en disminuir el número de delitos, pero la percepción de miedo en la población va en aumento».
Así que lo que muestra este modelo es que una persona que es víctima del delito lo expresa a su entorno más cercano, y así sucesivamente. El fenómeno es tal, aseguró Rafael Prieto, que en un momento dado todos conocemos a alguien que conoce a otro alguien que ha sido una víctima reciente de delito, así que escuchamos de esto todos los días.
Con este nuevo modelo, hemos podido demostrar que solo pocas interacciones son suficientes entre determinadas personas para crear un preocupación crónica con respecto al crimen en ciertos grupos poblacionales.
“Todo esto lo estamos intentando explicar a través de un modelo matemático. Lo que desarrollamos es para ver qué tanto tu entorno afecta al expresar el miedo a la delincuencia», concluyó.
Fuente: CONACYT.
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