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Tania Gutiérrez, ADN para entender el pasado

Por sus manos pasan miles de años de historia. Es una científica con habilidades de rastreadora, conocimientos en geografía y experiencia con genética; le apasiona trabajar con restos de animales antiguos (los fósiles de mamíferos son sus favoritos) y no duda en analizarlos a nivel genético para acercarse a los orígenes de esas especies.

Influenciada por la paleontología y otras ramas de estudio, Tania Anaid Gutiérrez García decidió aplicar sus conocimientos en genética en el análisis de fósiles, lo que llevó a esta doctora tapatía en ciencias biológicas a dedicarse a la genética de la biodiversidad, especializándose en la filogeografía.

La doctora explica que esta rama de estudios se centra en la investigación de la distribución de los genes en ciertos espacios. En su caso, durante los estudios de posgrado se especializó en roedores, por lo que abordó el análisis de dos especies para determinar su comportamiento con el paso del tiempo.

“Lo que hice fue extraer ADN de estos roedores y mediante diferentes análisis determinar cuál fue su origen, cómo fueron migrando, cómo están distribuidos ahora y cuál es la situación de las poblaciones si estas se van a extinguir o tienen problemas de migración, etcétera”.

Tania Gutiérrez menciona que en su área de estudio, además de trabajar con genética, también debe de abordar otras disciplinas para complementar sus investigaciones, como la geografía o estudios científicos demográficos, meteorológicos o sociales.

La pasión por estudiar el pasado a nivel genético nació al tener sus primeros contactos con fósiles en el Museo de Paleontología de Guadalajara, donde la doctora colaboró voluntariamente durante su licenciatura. Después tuvo la oportunidad de analizar la genética de ratones de América Central en Ciudad de México, lo que la acercó más hacia la filogeografía.

Luego de la licenciatura tuvo más contacto con fósiles, lo que impulsó su decisión de abordar esta rama y además estudiar el doctorado en ciencias biológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con la doctora Ella Vázquez, donde dedicó sus esfuerzos al análisis de fósiles de roedores.

La especialista está consciente del trabajo que realiza y la responsabilidad que conlleva trabajar con pedazos de historia que pueden quedar inservibles después de los análisis; sin embargo, como bióloga busca mantener un respeto por la naturaleza en todas sus expresiones.

“Supones que alguna vez el fósil estuvo vivo y si piensas todo lo que tuvo que pasar para que llegara a tus manos, desde las condiciones ambientales en las que muere el animal hasta el momento en que lo descubren, es un proceso en el que hay tanta gente involucrada. Cada fósil es único y nunca se va a repetir ese proceso”.

Identificando la genética de roedores

Para su tesis doctoral, Tania Gutiérrez contó con el oportuno apoyo de expertos que le facilitaron fósiles para sus estudios. Gracias a Joaquín Arroyo, paleontólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), logró obtener muestras de roedores que complementaron su investigación.

La doctora explica que el ADN sufre desgaste con el tiempo, por lo que es difícil la extracción de material genético de fósiles y más en este caso debido a que provenían de Yucatán, y el clima podría afectarlos. Ante este panorama acudió a Canadá para usar la tecnología disponible para analizar las muestras.

“Creí que esta investigación era un pedacito de la tesis, pero después me di cuenta que en realidad Yucatán era la parte más ecuatorial donde se había logrado extraer ADN de fósiles”, asegura la especialista, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Actualmente es docente en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), donde imparte clases en la carrera de ingeniería biomédica.

Además, aplicando la genética y la filogeografía, trabaja en un estudio para analizar si las enfermedades que transmiten las ratas se originaron en asentamientos de estas en vida silvestre o si los padecimientos son adquiridos cuando los roedores están en contacto con poblaciones humanas.

Fuente: CONACYT.

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