Con más de 900 ejemplares de diferentes especies, la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) abrió la puertas de su Jardín Botánico, un espacio natural donde se promueve la propagación de plantas nativas y se desarrollan actividades de investigación, conservación, docencia y comunicación de la ciencia.
La investigadora, curadora del Jardín Botánico de la UAQ, Maricela Gómez Sánchez, detalló que este proyecto surgió hace poco más de 20 años como un cactario a cargo de la Facultad de Química.
“De ahí lo fuimos trabajando hasta conformar una unidad de manejo para la conservación de la vida silvestre (UMA) aprobada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Ahora, tiene casi mil ejemplares registrados y alberga otras colecciones, de plantas suculentas como cactáceas y crasuláceas. Tenemos también una colección de fabáceas, plantas para atraer polinizadores, así como especies de árboles y arbustos nativos de la región. Estamos trabajando también para conformar un jardín de plantas medicinales y aromáticas”.
Explicó que el Jardín Botánico de la UAQ es una representación del bosque tropical caducifolio y del matorral xerófilo, tipos de vegetación propios de la zona de Querétaro.
“El Jardín Botánico brinda un espacio, dentro de la ciudad, en el que no solo las plantas encuentran refugio, sino que también algunas especies animales, que visitan el jardín, obtienen hogar y comida e interaccionan directamente con la flora. Nos visitan aves, reptiles, mamíferos e insectos, varios de ellos son eficientes polinizadores y dispersores. Esta biodiversidad hace de nuesestro Jardín Botánico un modelo como laboratorio para promover la investigación en diferentes áreas del conocimiento”.
Gómez Sánchez resaltó que como parte de las actividades del Jardín Botánico se han desarrollado programas de propagación y conservación, encaminados a especies singulares que requieren cuidados especiales o que se encuentran en peligro de extinción.
“Tenemos programas de propagación con fines de conservación y de restauración de áreas, enfocados principalmente en árboles y arbustos nativos; con el grupo de las biznagas como Echinocactus grusonii, Echinocactus platyacanthus, Ferocactus histrix; con Mammillaria mathildae, Lophophora williamsii que es el peyote regional y que ya requiere protección especial. Además, estamos trabajando para lanzar, próximamente, un programa de adopción para que las personas puedan adquirir algunas de estas especies en riesgo. Tenemos programas de voluntariado con adultos, adultos mayores y niños de educación básica que canalizan su tiempo a través de las actividades del Jardín Botánico. También ofrecemos visitas y recorridos guiados a grupos escolares de todos los niveles y público en general”.
Advirtió sobre la importancia de desarrollar investigación y trabajo de divulgación científica para el cuidado y conservación de estas especies en la región, que están amenazadas por factores relacionados con el desarrollo urbano, entre otros.
“Hay eventualidades ambientales pero también las condiciones provocadas por el hombre promueven la fragmentación de la vegetación natural. Esto trae efectos que inciden en la presencia de especies invasoras introducidas que pueden desplazar a nuestra flora nativa. Hay también otras actividades como el cambio de uso de suelo y la agricultura o la ganadería no planeadas, que luego se abandonan y que traen consigo el deterioro de la vegetación natural”.
Fuente: CONACYT.
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