“Las matemáticas son como un juego, en donde si entiendes las reglas, te entusiasmarás por ellas, pero si no les entiendes, es difícil que te puedan gustar. Yo no me sentía bueno para las matemáticas y me metí en ese mundo porque tenía mucha curiosidad”, sostiene el profesor Miguel Ángel Rodríguez López, quien es uno de los fundadores de la Unidad Académica de Matemáticas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAM – UAZ), y que durante más de 35 años dedicó su actividad a la docencia en las materias relacionadas con teoría de números y estadística, en la Unidad Académica de Economía (UAE) de la UAZ.
Miguel Ángel Rodríguez nació en Fresnillo, Zacatecas, y fue el séptimo de nueve hermanos. Cuando era niño, su padre falleció por problemas de salud, por lo que desde muy pequeño, junto con sus hermanos y su madre, Amparo López, realizó múltiples actividades para sobrellevar las dificultades económicas que se les presentaron.
“Mi mamá siempre nos alentó para tener creatividad y salir adelante, ser constantes en el trabajo. Al igual que los estudios, no veíamos el trabajo como una obligación, sino como una contribución para, en un futuro, tener una mejor calidad de vida. Fuimos educados para buscar cómo resolver los problemas que se presentaban e hicimos muchísimas actividades, desde vender dulces, trabajar en una lavandería, purificadora de agua, vendíamos especias, todo con tal de poder cubrir las necesidades básicas que teníamos en casa. Con el paso del tiempo logramos tener una fábrica de nieves”, rememoró.
Durante la secundaria y preparatoria, Miguel Ángel Rodríguez destacó por su alto desempeño académico y calificaciones de 100.0 de promedio. Comenta que cualquier tema que veía en la escuela, independientemente del área o ciencia que abordaba, le gustaba cuestionarse, reflexionar de dónde venía y hacia dónde iba, para comprenderlo mejor. Esta, considera, fue la clave para sobresalir en sus estudios a lo largo de su vida académica.
Al cumplir 18 años de edad, junto con su familia se mudó a la Ciudad de México, en donde con sus hermanos, ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); de entre ellos es el único que eligió la licenciatura en actuaría. Esto lo llevó a ser uno de los cuatro actuarios que hoy en día radican en el estado de Zacatecas.
“Desde que llegué a la Ciudad de México fue un gran reto, pues además de todo lo que conlleva un cambio de ciudad, en ese entonces todos los trámites eran presenciales y tengo muy claro el recuerdo de los que entonces éramos aspirantes presentando el examen de admisión en el Estadio Azteca con un lleno total. Al ver la gran cantidad de aspirantes, estaba consciente de que era complicado entrar; sin embargo, también me sentí muy entusiasmado por la gran oportunidad que tenía en mis manos”.
La aplicación de modelos estadísticos y matemáticos para la evaluación de riesgos en la industria es lo que resuelve la ciencia actuarial. Esto involucra estadística, teorías de números complejos y procesos industriales. Miguel Ángel Rodríguez relata que cuando estudió en la UNAM tuvo excelentes profesores, la mayoría mentes brillantes y con un gran liderazgo pero con una personalidad sencilla, lo que le dejó como un legado de humildad.
“Puedo decir que en la escuela aprendí la teoría, todo lo que hay detrás de los números, de las estadísticas y el porqué funcionan así, desde lo más simple hasta lo más complejo. Cuando aprendí lo más complejo, todo lo demás se me hizo muy sencillo y lo entendí. Cuando lo logré entender, me dieron muchas ganas de explicarlo y de compartirlo con los demás. Aunque antes de egresar ya tenía oportunidades de trabajo en importantes compañías de México, estaba entusiasmado por enseñar matemáticas, por lo que decidí ser docente y regresar a mi estado natal Zacatecas”.
Miguel Ángel Rodríguez expresó que cuando asistía a clases, tenía interés en aprender cómo explicarlo, pero eso no lo aprendió en la escuela sino por cuenta propia, estudiando los temas, simplificándolos y ordenándolos para formular nuevas técnicas de enseñanza. “Me enseñaron el ‘qué’, mientras que yo diseñé el ‘cómo’, utilizando mis propios métodos para enseñar matemáticas, álgebra, geometría, cálculo, ecuaciones y econometría”, expresó.
En 1984, comenzó a impartir clases en la Preparatoria No. 1 de la UAZ, en la Unidad Académica de Ingeniería y finalmente en la Unidad Académica de Economía de la institución referida. En 1999, incentivó a su hija de nueve años, Erika Rodríguez, a participar en un programa de radio infantil, llamado Michín Michón, que era transmitido por Radio Zacatecas 97.9 FM, en donde juntos tenían una sección llamada La magia de los números, en donde relacionaban las matemáticas con la vida cotidiana. Esta sección permaneció por dos años, pero hasta la fecha, este hecho influyó para que su hija se dedicara profesionalmente al ejercicio del periodismo científico.
En 2003, un grupo de estudiantes y profesores de la UAE, por medio de votación, decidieron poner a la generación 1993-2003 el nombre de Miguel Ángel Rodríguez. “Este fue un reconocimiento importante para mí, ya que con el paso de los años a los estudiantes les ha gustado mi manera de dar clases. Me han llegado a preguntar por qué se me facilita tanto explicar temas complejos y mi respuesta siempre ha sido: ‘Porque entiendo lo que es no entender’”.
Entre las aficiones del maestro Miguel Ángel Rodríguez se encuentra la literatura, su libro favorito es El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha; la música, ya que le encanta asistir a conciertos, y, como hobby, la carpintería. “Aunque tengo varias aficiones e intereses, considero que las matemáticas, más que una profesión, han sido para mí una forma de vida, y la docencia, el medio para compartir el gusto por la ciencia. Cuando veo que mis alumnos han continuado en su carrera profesional en esta línea, me siento satisfecho y seguro de que elegí el mejor de los caminos”, finalizó.
Fuente: CONACYT.
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