Con el objetivo de presentar y enseñar formas alternativas de producción agrícola, investigadores de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) desarrollan proyectos de permacultura dirigidos hacia los estudiantes de la institución y la ciudadanía.
La permacultura, proveniente de la idea de “la agricultura permanente”, es un sistema y filosofía agrícola, social y económico para desarrollar agricultura sostenible al trabajar junto con la naturaleza y no contra ella.
Como parte de su compromiso académico y social, la UAAAN trabaja diversos proyectos relacionados con este tema y muestra esta alternativa tanto a los alumnos como al público que desea producir sus propios alimentos.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Lorenzo Alejandro López Barbosa, coordinador de la División de Ciencias Socioeconómicas de la UAAAN y profesor investigador del Departamento de Economía Agrícola de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, ofrece un primer acercamiento hacia la permacultura, su definición, características, proyectos desarrollados en la universidad y el futuro del tema, en un mundo que necesita, cada vez más, producir alimentos para la subsistencia de la especie humana.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué es la permacultura?
Lorenzo Alejandro López Barbosa (LALB): La permacultura es un concepto que surge en Australia en los años ochenta, viene del inglés permaculture, que quiere decir «cultura permanente» y que es toda una ideología, una serie de principios y herramientas metodológicas para poder establecer una conexión más estrecha del hombre con la naturaleza haciendo posible la sustentabilidad, tratando de conservar los recursos naturales, ofreciendo equidad social y una correcta distribución de los aspectos económicos.
Básicamente la permacultura está sustentada en seguir los principios de la naturaleza en el diseño de espacios, en el diseño de formas de producción, la colaboración en el intercambio de saberes y conocimientos y se ha venido desarrollando como una forma de vida de muchos jóvenes, de muchas personas que están conscientes de la problemática que vivimos frente a la naturaleza y lo están asumiendo como sus prácticas productivas. Como cada vez hay más interés y esto surgió dentro de la agronomía, nosotros nos hemos preocupado por profundizar en el conocimiento de la misma y darla a conocer a los estudiantes.
AIC: ¿Cómo surge la permacultura?
LALB: Surge de una preocupación que tenía un estudiante de agronomía, David Holmgren que, junto con su profesor Bill Mollison, fue construyendo una propuesta, rescatando aspectos de la agricultura ecológica, los medios de vida sostenibles y crearon todo este concepto de permacultura, con el cual han certificado a mucha gente a nivel mundial bajo sus principios de diseño y que, hoy en día, está bastante de moda.
Pero surgió de la preocupación de un par de agrónomos que estaban buscando cómo podemos hacer posible la sustentabilidad, cómo podemos hacer que realmente se integren todos los aspectos que tienen que ver con la vida humana.
AIC: ¿Por qué es importante este tema?
LALB: Creo que desde aquellos años cuando empezó a interesarnos el tema ambiental, recordemos que antes de los años 60, el medio ambiente se consideraba un activo que iba a ser permanente, y llegamos hasta la Cumbre de Río donde se establece una preocupación y compromiso mundial por combatir el cambio climático en 1992. El desarrollo sustentable se convierte en un eje de todas las políticas públicas.
Aun así estamos hablando del 92, estamos hablando de más de 20 años, pero gran parte de todas estas políticas no se han podido traducir en herramientas o esfuerzos que se puedan conducir a lograr esos objetivos. En esa búsqueda, y hoy en día que estamos más conscientes, hay un consenso mundial en torno a los efectos del cambio climático, tenemos que encontrar respuestas para que la agricultura pueda seguir alimentando una población creciente.
Pocos sabemos o reconocemos que el cambio climático tiene que ver con los gases de efecto invernadero y la segunda fuente de gas de efecto invernadero a nivel mundial es la producción de energía y la agricultura. Ambas generan la misma cantidad de gas de efecto invernadero, más que el transporte, más que la industria y tenemos que pensar en una agricultura que pueda mitigar y adaptarse al cambio climático. México es uno de los países más vulnerables en cuanto al cambio climático. En esta búsqueda empieza a surgir un debate de cómo enfrentar el reto de alimentar una población.
En esa discusión, surgen del otro lado otras opciones como la agroecología que dice usar cero pesticidas, nada de fertilizantes y en medio empieza a surgir otra forma de producción como la agricultura orgánica. En esta búsqueda, la permacultura es la que ha tratado de aplicar muchos de estos principios para brindarnos un camino posible frente a este reto.
En el marco de este debate, consideramos que los estudiantes de la universidad tenemos que ofrecerles un espacio para que conozcan qué es la permacultura y tengan una visión más crítica y puedan, a través de desarrollar innovaciones, encontrar caminos que lleven a una verdadera sustentabilidad y puedan ayudarnos a resolver esta crisis alimentaria que hoy se refleja en que uno de cada cuatro mexicanos padece inseguridad alimentaria.
AIC: ¿Qué están desarrollando respecto a este tema en la universidad?
LALB: Empezamos por recopilar información, por tener contacto con grupos de permacultores para tener puntos de vista para conocer sus expresiones, sus técnicas, sus innovaciones.
A partir de ahí, en un espacio que la Dirección de Investigación de la universidad nos cedió, empezamos a desarrollar un centro de permacultura donde estamos aplicando estos principios, donde estamos utilizando huertos biodinámicos, donde no utilizamos ningún pesticida, donde estamos buscando asociación de cultivo, donde estamos produciendo lombricomposta rústica para utilizarla como fertilizante; vamos a empezar a producir también peces bajo acuaponía con los principios de permacultura y ahí estamos con los estudiantes buscando que ellos puedan aplicar estos principios, que los conozcan, no tiene que ser un dogma, no queremos formar permacultores propiamente, pero queremos que los estudiantes puedan tener una visión crítica y para eso tenemos que desarrollar estos principios.
Por otra parte, también propusimos que haya un curso curricular para la introducción a la permacultura para el desarrollo rural, ya es la segunda generación que se ofrece, ha tenido mucha demanda por parte de los estudiantes. Hemos dado cursos de introducción en la permacultura a algunos agentes de la sociedad civil en alianza con otros grupos ambientalistas de Coahuila, Guanajuato, Nuevo León y Querétaro.
Estamos actualmente desarrollando un proyecto para construir un aula bajo los principios de la permacultura, va a ser un domo geodésico con material reciclado de madera con superadobe y que sea un espacio donde nosotros podamos recibir niños y jóvenes estudiantes para que conozcan lo que es la permacultura, para que conozcan cómo se producen nuestros cultivos, porque es un tema que, creo, hemos descuidado los agrónomos. Es educar al consumidor, concientizar al consumidor, porque es el que, finalmente en su decisión de compra, va a decidir qué tipo de producción debe prevalecer y sabemos también que hay un interés cada vez más marcado de la población por cuidar lo que come, ya Hipócrates lo había dicho, ‘somos lo que comemos’, y muchos médicos inclusive nos lo dicen.
AIC: ¿Ha observado interés en el tema por parte de la población?
LALB: Ha habido un interés muy grande y hemos tratado de dar respuesta a un interés de ciudadanos, jefas de familia, jóvenes que quieren aprender a producir una parte de lo que consumen y en esa búsqueda hemos dado cursos, orientaciones, practicado con prototipos de formas de producción de agricultura urbana que quizá, en nuestro afán como agrónomos de satisfacer una demanda global, hemos pensado más en la agricultura extensiva que en la agricultura en pequeños espacios.
Desde hace mucho tiempo en la universidad se han desarrollado prototipos y metodologías para el traspatio de un producto rural pero no uno urbano y la gente empieza a buscar solución para producir en el balcón, en el jardín, macetas, llantas recicladas. Estamos tratando de pulir el método de producir en un metro cuadrado, estamos probando el método que toma en cuenta otros elementos para una producción más eficiente.
Tenemos que desarrollar estas formas de producción porque estoy convencido, y por la evidencia que he visto, la agricultura urbana va a ser una parte muy importante en la solución de la crisis alimentaria. Creo que hay un interés creciente en los jóvenes por entrar a esta dinámica y quieren aprender, y no quieren aprender la teoría, sino directamente cómo lo pueden realizar.
AIC: ¿Cómo visualiza a futuro este tema?
LALB: Creo que una vez que tengamos nuestra aula de usos múltiples y que empecemos a promover más la visita de jóvenes y niños, creo que se despertará más el interés, habrá más demanda de los consumidores de conocimientos y herramientas que ellos van a querer aplicar para poder utilizar estos principios en su vida cotidiana y, de esa manera, vamos a tener la oportunidad de ir transformando nuestro sistema alimentario.
Creo, y por las evidencias cuando hemos participado en redes de agricultura urbana, el tema es creciente, hay incluso directrices de políticas que otros países ya las tienen y creo que como universidad tenemos que prepararnos para dar elementos, respuestas y, sobre todo, esas herramientas aplicarlas directamente frente a esta gran tendencia. Somos una población que se duplicará en los próximos cincuenta años y vamos a tener que duplicar la cantidad de alimentos, y eso no lo vamos a poder lograr si no nos comprometemos todos los que formamos parte de una cadena agroalimentaria, incluidos los consumidores.
En la universidad estamos trabajando estos temas porque creo que la profesión del agrónomo tiene un compromiso social muy grande. La sociedad de alguna manera esta consciente que los agrónomos debemos encontrar soluciones al problema alimentario. Creo que debemos comprometernos más en este reto y tenemos que echar mano de todas las tecnologías disponibles, pero ser críticos y promover innovaciones, cosas distintas de cómo se deben producir alimentos, como lo hace la permacultura, que es parte de la solución a un gran problema.
Fuente: CONACYT.
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