La tuberculosis es la enfermedad más letal del mundo, pues diario mueren 45 mil personas, y la contraen aproximadamente 30 mil, aunque es prevenible y curable. Ante esta situación, científicos del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM descubrieron en el veneno de alacrán dos compuestos capaces de combatir a cepas de la tuberculosis que son resistentes a antibióticos y a la bacteria Staphylococcus aureus, también conocida como estafilococo dorado.
Los científicos puma aislaron, produjeron y patentaron estos compuestos que tienen potencial para usarse como fármacos. Por lo que, desde hace más de cuatro décadas, el doctor Lourival Domingos Possani Postay y su equipo de trabajo han estudiado la estructura de los venenos de alacranes mexicanos, lo que he permitido su reconocimiento por la contribución al desarrollo de antivenenos de última generación.
“El trabajo en laboratorio, con modelos biológicos, ya está hecho y funciona; ahora se requieren ensayos clínicos en humanos, y una farmacéutica que se interese puede hacer llegar este producto a la gente”, subrayó Possani.
El primero de los compuestos descubiertos es de color rojo, y fue llamado 3,5- dimethoxy-2-(methylthio) cyclohexa-2,5-diene-1,4-dione. Pruebas en laboratorio demostraron que es efectivo contra Staphylococcus aureus, bacterias causantes de infecciones en la piel, sepsis, endocarditis y neumonía.
El segundo es de color azul y fue denominado 5-methoxy-2,3- bis (methylthio) cyclohexa-2,5-diene-1,4-dione, efectivo contra la micobacteria que causa tuberculosis.
El grupo de investigadores universitarios descubrió inicialmente que el veneno de alacrán cambiaba de color después de quedar expuesto al aire, y al estudiarlo verificaron que los compuestos rojo y azul eran prometedores en ensayos biológicos para buscar su posible efecto en el crecimiento de células tumorales, modulación de la respuesta inmune y con un posible efecto antibiótico.
Ambos componentes son capaces de impedir el desarrollo de ciertos linajes de células neoplásicas, y eficientes como antibióticos, “pero como la cantidad de compuesto que se puede obtener de alacranes vivos es muy pequeña, del orden de algunos microgramos, era indispensable obtenerlos de forma química”, detalló el universitario.
Una vez obtenidos los compuestos en forma cristalina, la estructura fue confirmada por difracción de rayos-X por el Laboratorio Nacional de Estructura de Macromoléculas del Instituto de Química de la UNAM.
“Luego aquí la ensayamos como antibiótico para combatir varios tipos de bacterias y para tuberculosis. Nos apoyó el patólogo Rogelio Hernández Pando, del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, porque ellos son los encargados de trabajar con esta enfermedad. También se contó con la participación de Monserrat Mendoza-Trujillo y Dulce Mata-Espinosa.
“Tenemos varios años trabajando en esto y logramos obtener la patente”, precisó el titular del estudio, presentado en la revista Proceedings National Academy of Science, de Estados Unidos.
Del grupo del Instituto de Biotecnología contribuyeron en este artículo el posdoctorante Edson Carcamo Noriega y el estudiante del programa doctoral en Bioquímica, José Ignacio Veytia Bucheli.
Fuente: Agencia ID.
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