Investigadores se proponen averiguar si los ‘wearables’, como pulseras o relojes inteligentes, que ya miden la actividad física de los usuarios, son capaces de detectar el contagio de Covid-19 en la etapa asintomática.
En mayo científicos del Instituto Rockefeller de Neurociencia de la Universidad de West Virginia dijeron haber creado una plataforma digital capaz de detectar covid-19 gracias al anillo conectado oura y a un sistema de inteligencia artificial. La aplicación, aseguran, puede anticipar con 90% de precisión la aparición de síntomas como fiebre, tos o dificultades respiratorias hasta tres días antes.
Otra investigación, a cargo del Instituto Scripps, movilizó a unas 30,000 personas para analizar cómo los accesorios podrían identificar a personas asintomáticas o pre-sintomáticas. Según consta en un artículo publicado en The Lancet en el mes de enero, el instituto ya ha demostrado su potencial para predecir la gripe.
La epidemióloga Jennifer Radin, directora de la investigación explica que los dispositivos miden cambios sutiles quizá de manera más precisa y convincente que la variación de temperatura. Los ‘wearables’ detectan la frecuencia cardiaca en reposo, un buen indicio del inicio de una infección. Este cambio ocurre, dice, cuatro días antes de que se presente la fiebre.
Su colega en el Instituto Scripps, Eric Topol, considera que el uso de accesorios en la detección es prometedor “porque 100 millones de estadounidenses usan un reloj o pulsera conectados”.
La startup californiana Evidation trabaja en el desarrollo de un algoritmo de alerta temprana utilizando accesorios conectados que utilizan 300 voluntarios expuestos al contagio de la enfermedad. El estudio cuenta con asistencia financiera del gobierno y la Fundación Bill & Melinda Gates.
La investigación, dice Luca Foschini, cofundador de Evidation, debería “identificar con mayor eficacia cuándo y dónde las personas atrapan la covid-19, y potencialmente facilitar las intervenciones en tiempo real para limitar la propagación y evaluar resultados”.
El uso de accesorios inteligentes para diagnóstico no es un proyecto nuevo. Apple evalúa la capacidad de su reloj para detectar problemas cardíacos. Fitbit, por su parte, participa en unos 500 proyectos diferentes sobre cáncer, diabetes, enfermedades respiratorias y otros temas de salud.
Michael Snyder, de la escuela de medicina de Stanford, considera que “los relojes y otros accesorios usados en uno mismo toman al menos 250,000 mediciones por día, lo que los convierte en dispositivos de rastreo muy potentes”.
En abril la universidad anunció que colaboraría con el Instituto Scripps en el estudio de los ‘wearables’ y el diagnóstico de diversas enfermedades, incluida la covid-19.
Snyder confía que en futuro cercano estos dispositivos puedan enviar señales de advertencia a los usuarios sobre una infección o dolencia para que puedan determinar si deben o no quedarse en casa.
Fuente: Agencia ID.
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