La ingeniería genética puede hacer que las células de nuestro sistema inmune sean resistentes a la infección del virus de la inmunodeficiencia humana o del mono (VIH y VIS, respectivamente). Datos recientes muestran que el tratamiento con células inmunitarias resistentes al VIH ha arrojado resultados alentadores en los pacientes.
Y ahora, los investigadores han encontrado formas de fabricar grandes cantidades de células inmunes resistentes a virus de los monos, lo que permite el diseño de futuros estudios sobre la seguridad y eficacia de la terapia inmune en un modelo animal preclínico.
Esta alentadora investigación ayudará a los científicos a considerar enfoques alternativos para tratar el VIH, el virus que causa el sida.
Se estima que hay 37.700 millones de personas infectadas por el VIH. Los medicamentos son efectivos para suprimir la replicación y transmisión del virus, pero son necesarios a lo largo de toda la vida y, con frecuencia, causan efectos secundarios y no pueden eliminar completamente el virus del cuerpo.
El VIH infecta y mata especialmente ciertas células inmunitarias llamadas células T, lo que debilita progresivamente el sistema inmunitario del paciente y aumenta la susceptibilidad a infecciones y ciertos tipos de cáncer.
Una forma potencialmente eficaz de eliminar las células infectadas y restaurar las células T perdidas es la inmunoterapia, en la que las propias células T de los pacientes se modifican genéticamente en el laboratorio para hacerlas resistentes a la infección por el VIH y luego se las devuelven a los pacientes
Una forma potencialmente eficaz de eliminar las células infectadas y restaurar las células T perdidas es la inmunoterapia, en la que las propias células T de los pacientes se modifican genéticamente en el laboratorio para hacerlas resistentes a la infección por el VIH y luego se las devuelven a los pacientes.
Sin embargo, solo se puede producir una cantidad limitada de células T modificadas genéticamente y los procedimientos para el aislamiento, la modificación, la expansión y la reinfusión de células T pueden comprometer su funcionalidad y supervivencia.
Una forma alternativa de producir células T en grandes cantidades es hacerlo a partir de células madre pluripotentes inducidas (iPSC), que son células inmaduras de replicación rápida que se pueden producir a partir de células sanguíneas o de la piel de los pacientes.
Las iPSC se pueden cultivar en el laboratorio en grandes cantidades, modificarse genéticamente y, posteriormente, convertirse en células T, generando así una gran cantidad de células T específicas del paciente.
Para probar esta hipótesis, el equipo de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin-Madison que coordina Igor Slukvin trabajaron en un modelo preclínico para generar y probar células T modificadas genéticamente derivadas de iPSC de monos en el del Centro Nacional de Investigación de Primates de Wisconsin.
Los resultados se publican en Cell Stem Cell
Usando la herramienta de edición de genes, CRISPR/Cas9, los investigadores eliminaron el gen que codifica una proteína específica llamada CCR5, que se requiere para la entrada viral en las células T.
Las iPSC de mono con deleción CCR5 se convirtieron en células T y atacaron al virus de la inmunodeficiencia simia (VIS), un virus estrechamente relacionado con el VIH. Estas células T manipuladas estaban protegidas frente a la infección con SIV, mientras que las células T con CCR5 intacto podían infectarse fácilmente.
Usando la herramienta de edición de genes, CRISPR/Cas9, los investigadores eliminaron el gen que codifica una proteína específica llamada CCR5, que se requiere para la entrada viral en las células T
El concepto de que las células inmunes de una persona con VIH puedan atacar el VIH sin ser susceptibles al virus no es novedoso. Desde que en 2008 Timothy Ray Brown, un paciente con leucemia aguda mieloide e infección por VIH, recibiera en Berlín un trasplante de médula ósea de donante no emparentado, cuyas células madre sanguíneas presentaban la variante genética CCR5 Delta 32 y se curara, las terapias basadas en el trasplante de médula han ganado fuerza y los investigadores están tratando de replicar este fenómeno, aunque los trasplantes alogénicos, como el del «paciente del Berlín», conllevan un alto riesgo de mortalidad y requieren largas hospitalizaciones y no son una solución práctica para los pacientes con VIH que no tienen cáncer de la sangre.
Actualmente hay muchas aproximaciones se han dirigido a identificar células con esta variante y ahora el hecho de poder diseñar células de laboratorio supone un gran paso.
El seguimiento de estos animales mostrará si las células T sin CCR5 derivadas de iPSC pueden sobrevivir y funcionar en monos infectados con SIV, con el objetivo final de controlar o incluso eliminar la infección viral.
Fuente: Agencia ID.
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