Hace más de 2 años que estamos conviviendo con un virus que ha ocasionado millones de muertos en todo el mundo. La pandemia ha provocado, entre otras muchas cosas, que se hayan acelerado proyectos tecnológicos relacionados con la prevención de enfermedades, la higiene y, por supuesto, la creación de soluciones para evitar el contagio. Pasado este tiempo, están comenzándose a obtener los frutos de las inversiones multimillonarias que han ido produciéndose.
Las mascarillas han sido uno de los elementos más destacados en términos de protección. La Covid-19 ha podido ser, en cierto modo, controlada, gracias a la utilización de estos bienes de primera necesidad. Todos los cubrebocas, no obstante, tampoco son el Santo Grial, ya que no todos cuentan con el nivel de filtración necesario para neutralizar el paso del coronavirus. Esto, no obstante, podría acabar pronto gracias al descubrimiento de nuevos filtros fototermales.
Se trata de una tecnología que destaca, sobre todo, por bloquear el patógeno con gran efectividad. De acuerdo con la información proporcionada por el portal Inquirer, esta nueva tecnología ha sido descubierta por un equipo de investigadores del Instituto Coreano de Investigación Energética, el cual se sitúa en Corea del Sur. Veamos, por tanto, cómo funciona esta nueva tecnología y, por supuesto, por qué se trata de una solución capaz de resultar efectiva frente al SARS-CoV-2.
Unos nuevos filtros fototermales para neutralizar el virus de la Covid-19
Estos nuevos filtrados han sido creados a partir de los conocidos como HEPA, una solución presente en múltiples electrodomésticos, sobre todo, aquellos que tienen como objetivo la mejora de la calidad del aire. Gracias a la incorporación de este tipo de tecnología, se consigue eliminar hasta el 99,9% de los virus que intentan traspasar las diferentes capas de esta especie de mascarillas especiales. Resulta ser, por tanto, una tecnología de lo más efectiva.
Y bien, ¿cómo es su curioso funcionamiento? Al parecer, cuando los filtros fototérmicos HEPA se irradian con diodos emisores de luz en la parte visible del producto, la cual no tiene ningún beneficio ni perjuicio para el ser humano, las células virales y bacterianas sucumben a la exposición. Eso sí, deberá suministrarse una fuente de calor de unos 60 grados centígrados para que actúe en consonancia. Esto, por tanto, limitaría, en cierto modo, la estandarización de esta tecnología.
De acuerdo con las palabras de Yoo Seung-hwan, el máximo exponente de este proyecto de investigación, someter a las partículas víricas a esta exposición provoca que se trate de una alternativa completamente libre de sustancias nocivas. Ahora, tras la realización del estudio, parece que lo difícil será encontrar una forma de instalar el producto en mascarillas convencionales a un precio determinado.
Se espera que este tipo de productos puedan estar presentes en el mercado en el futuro. no obstante, todo hace pensar que su precio no será económico. No obstante, se trata de una alternativa que puede estar pensada, sobre todo, para usos muy concretos, es decir, aquellos en los que hay una clara exposición al virus. ¿Podrían ser los hospitales los primeros establecimientos en contar con una tecnología de estas características?
Fuente: Agencia ID.
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