La compañía Renewal Bio busca avances recientes en tecnología de células madre y úteros artificiales, los cuales han sido estudiados por Jacob Hanna, un biólogo del Instituto de Ciencias Weizmann en Rehovot.
La compañía de biotecnología tiene como objetivo crear versiones bebés, para recolectar tejidos y usarlos en tratamientos de trasplante.
En un informe publicado por Hanna en la revista ‘Cell’, el biólogo pudo evidenciar que, a partir de células madre de ratón, su laboratorio podía formar embriones de roedores con un aspecto muy realista y, además, podía mantenerlos en crecimiento en un útero mecánico durante varios días hasta llegar al punto de que se desarrollaran corazones latiendo, sangre fluyendo y pliegues craneales.
Por su parte, el defensor de los pacientes y fundador de la Cumbre Mundial de Células Madre, Bernard Siegel, dice que tales experimentos tienen grandes implicaciones con la vida de los mamíferos.
No obstante, Hanna responde que, en realidad, no tocaría a ningún mamífero. En este caso, se trataría con los humanos, ya que, como dijo en ‘MIT Technology Review’, se está trabajando con el fin de replicar tecnología con células humanas.
Por consiguiente, lo que se quiere lograr es que se produzcan “modelos artificiales de embriones humanos que sean el equivalente a un embarazo de 40 a 50 días, dado que, en esa etapa, se forman los órganos básicos, así como pequeños miembros y dedos”, asegura Hanna.
¿Los embriones pueden usarse como trasplantes de órganos?
“Consideramos que el embrión es la mejor bioimpresora 3D”, “Es la mejor entidad para hacer órganos y tejidos adecuados”, explica Hanna.
Lo que se cree es que los investigadores ya pueden imprimir o cultivar tejidos simples como cartílago y hueso, sin embargo, ha sido difícil fabricar tipos de células y órganos más complejos”, informa el biólogo.
“La visión de la compañía es ‘¿Podemos usar estas entidades embrionarias organizadas que tienen órganos tempranos para obtener células que puedan usarse para trasplantes?’ Lo vemos como quizás un punto de partida universal”, estipula Hanna.
Básicamente, la apuesta es renovar a la humanidad, consiguiendo que las personas conserven su juventud y estén saludables siempre. Primero porque las células sanguíneas embrionarias se pueden recolectar, multiplicar y transferir a una persona mayor para reiniciar el sistema inmunológico.
Segundo, se pueden conseguir copias embrionarias de mujeres con infertilidad relacionada con la edad. Esto porque “los investigadores podrían recolectar las gónadas del embrión modelo, que podrían madurar aún más, ya sea en el laboratorio o mediante el trasplante en el cuerpo de la mujer, para producir óvulos juveniles”, asegura Hanna.
La impresionante manera de hacer avanzar la ciencia
No era certero que pudiera existir un útero mecánico y lograr el crecimiento de embriones de ratones naturales fuera de la hembra durante varios días. Pero, un año atrás, el especialista de células madres, Siegel, mostró por primera vez que este experimento fue posible en la historia de la ciencia y, finalmente, se conoció un útero mecánico.
Ahora bien, se creía que no sería posible llegar a imitar los embriones a tal punto que tuvieran un aspecto real, dado que, según investigadores, existía una relación limitada con los bebés y un escaso potencial para desarrollarse por completo.
Sin embargo, Hanna tumbó todo tipo de teorías que iba en contra de su experimento: logró que los embriones crecieran más que nunca, los corazones comenzaron a latir, la sangre comenzó a moverse y, entonces, comenzó a obtener un cerebro y una cola.
No obstante, aún hay científicos que consideran que “las técnicas para cultivar embriones sintéticos siguen siendo ineficaces. Menos de 1 de cada 100 intentos de imitar un embrión de ratón tuvo éxito, e incluso los embriones modelo que se desarrollaron durante más tiempo eventualmente sufrieron anomalías, incluidos problemas cardíacos, tal vez porque no podían crecer más sin un suministro de sangre adecuado”.
Embriones humanos sintéticos
Hanna no quiere parar en la innovación y, por ello, está usando como experimento su sangre y células de la piel para obtener el resultado esperado: hacer embriones humanos sintéticos. Esto quiere decir que, es muy probable que en su laboratorio haya cientos o miles de pequeños mini-mes, todos clones genéticos de Hanna.
Pero, asimismo, explica que ve a los mamíferos en los tubos de ensayo como entidades sin futuro y que cabe una probabilidad muy alta de que no sean viables, como experimento
Explica que sin una placenta y un cordón umbilical conectados a una madre natural, ningún embrión sintético podría sobrevivir si se trasplantara a un útero.
“No estamos tratando de hacer seres humanos. Eso no es lo que estamos tratando de hacer”, dice Hanna. «Llamar mini-yo a un embrión de 40 días simplemente no es cierto», concluye Hanna.
Fuente: Agencia ID.
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