La forma en la que el cerebro almacena la información es posible de imitar gracias a la computación neuromórfica, que trabaja en el estudio de este tipo de tecnología. Recientemente, unos investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) han conseguido desarrollar un material magnético que emula la sinapsis de las neuronas y es capaz de simular el aprendizaje que se produce durante el sueño profundo.
El estudio ha sido dirigido por los investigadores del Departamento de Física de la UAB Jordi Sort y Enric Menéndez, y con la participación de Zhengwei Tan, Julius de Rojas y Sofia Martins. En colaboración con el Sincrotrón ALBA, el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) y el ICMAB. Gracias a reproducir las principales funciones sinápticas de las neuronas, han pensado una nueva manera de controlar la magnetización tanto en el estado de estimulación como después de dicho estímulo.
El material está basado en una capa delgada de mononitruro de cobalto (CoN). Con la aplicación de un campo eléctrico, los investigadores han logrado que se pueda controlar la acumulación de iones entre la capa y un electrolito líquido inmerso antes en el material.
Jordi Sort señala que el material «funciona con movimiento de iones controlado por voltaje eléctrico, de forma análoga a nuestro cerebro, y a velocidades similares a las que se producen en las neuronas». Según el profesional, esta sinapsis artificial podría ser «la base de un nuevo paradigma de computación alternativo al que utilizan los ordenadores actuales».
En la web de la UAB, explican que su tecnología ha sido capaz de imitar «de forma controlada, procesos como la memoria, el procesado de información, la recuperación de información y, por primera vez, la actualización controlada de información sin voltaje aplicado». Todo esto ha sido posible modificando el grosor de las capas de monoitruro de cobalto y la frecuencia de los pulsos.
«Cuando el grosor de la capa de mononitruro de cobalto está por debajo de los 50 nanómetros y con un voltaje aplicado a una frecuencia superior a los 100 ciclos por segundo, hemos conseguido emular una función lógica adicional: una vez aplicado el voltaje el dispositivo puede ser programado para aprender o para olvidar, sin necesidad de ninguna aportación adicional de energía, mimetizando las funciones sinápticas que tienen lugar en el cerebro durante el sueño profundo, cuando el procesamiento de la información puede continuar sin aplicar ninguna señal externa», han recalcado los investigadores.
Fuente: Agencia ID.
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