Contra la ciencia, no únicamente contra el gremio. Contra cualquier opción, posibilidad o ventana de oportunidad que permita a México y a los mexicanos superarse y salir adelante. Contra la libertad de pensamiento. Contra quien estudie y se capacite. Para la 4t, los únicos que pueden acceder a la ciencia y beneficiarse de la investigación, del conocimiento, de la tecnología y de los medicamentos y procesos de última generación son los cuatroteros.
La llamada “Ley Buylla” o Ley de Ciencia y Tecnología, aprobada por Morena y aliados hace dos días en la Cámara de Diputados, desaparece al CONACYT y crea el CONAHCYT. Algunas de las modificaciones que contiene esta nueva ley son:
-La junta de gobierno del Consejo contará con un representante de la SEDENA y uno de la SEMAR.
-Será este organismo, y no el investigador, el que determine las líneas de investigación que se seguirán; y sólo esas se financiarán.
-Eliminará apoyos a estudiantes, investigadores y docentes de las universidades privadas.
Una vuelta a la era del oscurantismo, pretendiendo convertir la ideología en pensamiento y el pensamiento en ciencia. La vacuna “Patria” es un ejemplo perfecto de ello: la pandemia por el covid-19 terminó y la vacuna en cuestión no ha superado siquiera su periodo de prueba.
Esta nueva ley no es resultado del diálogo con las comunidades relevantes en México y en otras partes del mundo. No, a estas no se les consideró. Es, en cambio, una fórmula para asegurar el retroceso por cuanto a desarrollo científico, restringir la libertad de investigación, reducir presupuestos, y establecer rutas autoritarias que atentan contra los científicos y a la vez pugnan por una ciencia “dirigida”.
¿Qué dirán ahora diversos científicos que, por ser de izquierdas, votaron en el 2018 por el obradorismo?
Lo aprobado por la Cámara Baja (y que en estos momentos está siendo revisada por el Senado) se asegura de perder el poco desarrollo científico y tecnológico con el que contamos.
Una aprobación al vapor, porque así se quizo en Palacio. Y si bien la “Ley Buylla” se discutió en las comisiones conjuntas de Educación y Tecnología de la Información, la realidad es que los cambios realizados allí fueron ortográficos y de sintaxis; las incongruencias y retrocesos que contiene los pasaron de largo.
El desmantelamiento del conocimiento y del sector científico nacional inició cuando Elena Álvarez Buylla tomó las riendas del CONACYT; no ha habido ni apertura ni mayor inversión. Sólo restricciones a la superación del estudiantado e imposición de autoridades y proyectos. Más de cuatro años sin contar con directrices para el otorgamiento de apoyos, suspensión de becas para estudiantes de posgrado que realizaban sus estudios en el extranjero, disminución presupuestal —sin previo aviso— a los equipos olímpicos de primaria y secundaria de la Sociedad Matemática Mexicana, ingresos irregulares —como fue el caso de Alejandro Gertz Manero— al Sistema Nacional de Investigadores…
La “Ley Buylla” es dinamitar el alicaído sector científico nacional. Es marginar de los apoyos nacionales a quienes los necesiten, independientemente de si se encuentran adscritos a instituciones públicas o privadas. Es inmiscuir a los militares también en este ámbito.
Es la formalización de atavismos y de desprecio por el conocimiento, la ciencia y la tecnología. Eso sí, revestido de una falsa lucha en contra de los favoritismos.
Fuente: Agencia ID.
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