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Cómo la industria mexicana está combatiendo la corrosión y el desperdicio con tecnología VCI

En un mundo donde la eficiencia de la cadena de suministro y la sostenibilidad son cruciales, una tecnología de empaque poco conocida está generando un impacto millonario en la manufactura de México. Se trata de los inhibidores volátiles de corrosión (VCI), una solución que protege piezas metálicas críticas sin los costos ni el impacto ambiental de los métodos tradicionales.

Ciudad de México.- La corrosión es uno de los enemigos más costosos y persistentes de la industria moderna. Para la pujante manufactura mexicana, especialmente en los sectores automotriz y metalmecánico, el óxido en una pieza no es un simple defecto estético; es una causa directa de rechazos, paros de línea y pérdidas económicas que se cuentan por millones. Desde un rodamiento de precisión hasta un componente de motor destinado a la exportación, el viaje desde la fábrica hasta la línea de ensamblaje es una carrera contra la humedad y el oxígeno.

Tradicionalmente, la industria ha combatido este problema con métodos engorrosos: capas espesas de aceites y grasas que requieren costosos procesos de desengrasado antes de que la pieza pueda ser utilizada. Estos métodos no solo añaden tiempo y mano de obra a la cadena de producción, sino que también generan residuos químicos que complican los esfuerzos de sostenibilidad de las empresas.

Sin embargo, una innovación en la ciencia de los polímeros está cambiando silenciosamente las reglas del juego. Se trata de la tecnología de Inhibidores Volátiles de Corrosión, o VCI por sus siglas en inglés, una solución de empaque inteligente y limpia que está siendo adoptada por un número creciente de fabricantes en el país.

¿Cómo funciona esta tecnología protectora?

A diferencia de una simple barrera física, la tecnología VCI integra compuestos químicos a nivel molecular en el propio material de empaque, como el film de polietileno. Una vez que una pieza metálica es sellada dentro de una bolsa VCI, estos compuestos se volatilizan, es decir, se convierten en un gas inofensivo que llena el espacio interior.

Este vapor es atraído por las superficies metálicas, depositándose sobre ellas y formando un escudo invisible, de apenas unas moléculas de espesor. Esta capa protectora interrumpe la reacción electroquímica que causa la oxidación, protegiendo cada rincón de la pieza, incluyendo cavidades internas, roscas y zonas de difícil acceso que los aceites no siempre cubren de manera uniforme.

El principal beneficio para la industria es la eficiencia: la pieza sale del empaque completamente seca, limpia y lista para ser utilizada en la línea de ensamblaje, eliminando por completo la necesidad de procesos de limpieza secundarios.

Un impulso para la competitividad de la manufactura mexicana

En el contexto del nearshoring y la creciente demanda de proveedores locales de alta calidad, garantizar la integridad del producto durante el almacenamiento y el transporte es más crítico que nunca. Las empresas que exportan componentes a Estados Unidos o Europa, por ejemplo, enfrentan el desafío del transporte marítimo, un ambiente altamente salino y corrosivo.

El uso de empaques VCI permite a los fabricantes mexicanos cumplir con los estrictos estándares de calidad de los OEM (Fabricantes de Equipo Original) globales, reduciendo las tasas de rechazo y fortaleciendo su posición como socios confiables en la cadena de suministro internacional.

«La conversación en la industria ha cambiado», comenta un ingeniero de calidad del sector automotriz en el Bajío. «Ya no se trata solo de fabricar una pieza con las tolerancias correctas, sino de asegurar que esa pieza llegue en perfectas condiciones después de semanas o meses de tránsito. La protección contra la corrosión se ha vuelto una parte no negociable de nuestra propuesta de valor».

Sostenibilidad y eficiencia: Más allá de la protección

Además del beneficio económico directo de reducir las mermas, la adopción de la tecnología VCI se alinea con los objetivos de sostenibilidad de las empresas. Al eliminar la necesidad de aceites, grasas y solventes de limpieza, se reduce significativamente el uso de productos químicos y la generación de residuos industriales.

En un momento en que la eficiencia operativa y la responsabilidad ambiental son pilares de la competitividad, esta revolución silenciosa en el mundo del empaque demuestra cómo la innovación en materiales puede tener un impacto profundo y positivo en toda la cadena de valor industrial.

Empresas como Videci, un fabricante de empaques industriales con sede en México, están a la vanguardia de la implementación de estas tecnologías, adaptándolas a las necesidades específicas de la manufactura nacional y contribuyendo a fortalecer su competitividad en el escenario global.

Fuente: Agencia ID.

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